La falta de igualdad en las condiciones de entrenamiento de los deportistas dependiendo de cada país es uno de los argumentos de los implicados para posponerlos
El tiempo se agota para la organización de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. No hablamos, como sería habitual por estas fechas, del tiempo que falta para la ceremonia de apertura de las competiciones, sino del tiempo para tomar una decisión sobre si la cita se pospone o se mantiene en su fecha inicial. La posibilidad que los Juegos Olímpicos se disputen tal y como estaba pensados, arrancando el 24 de Julio, parece cada día más complicado. No sólo por la posible situación sanitaria en Japón a causa del coronavirus, sino por los efectos colaterales de la pandemia en multitud de países y en sus respectivos deportistas y pruebas de selección.
De seguir adelante se plantean muchas situaciones que parecen poco adecuadas para un evento de esta magnitud. Por un lado la falta de igualdad en las condiciones de entrenamiento de los deportistas dependiendo de cada país. Con tantas políticas de prevención contra el coronavirus como países afectados hay escenarios para todos los gustos. Mientras en algunos países es imposible practicar deporte en el exterior en otros, a día de hoy, no hay restricciones oficiales a hacerlo. Esto generaría la primera brecha de desigualdad entre los deportistas. Aunque justo en este punto hay otros deportistas que apuntan a que ese tipo de desigualdad ya existía en el pasado, pero a menor escala y afectando a países menos poderosos y conocidos que los europeos o norteamericanos. ¿O a caso tienen las mismas posibilidades de prepararse deportistas de países en guerra o países con pocos recursos que se ven sometidos a otras pandemias? Para muchos es la muestra que los Juegos Olímpicos, como otras grandes pruebas, son eventos ideados para los países más avanzados y con mejores recursos. Aunque obviamente el alcance de esta crisis es más global que ninguna otra acontecida en los últimos años.
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No se trata de saber sólo la situación que habrá en Japón en Julio, sino la de todos los países implicados
Decidir disputar los Juegos Olímpicos de Tokyo como estaba previsto es algo que puede acabar llevando a una suspensión de la prueba en el último momento. Un escenario parecido a lo que ha pasado con la Absa Cape Epic. Pongamos que el 24 de Julio en Japón han superado por completo la crisis del coronavirus y éste ya no se propaga en su población. Pero, ¿cómo será la situación en el resto de países? ¿Aceptarán que viajen deportistas y staff de países que aún estén combatiendo el virus? ¿Se sentirán a gusto los habitantes de Tokyo sabiendo que miles de personas de países con infectados van a llegar a su ciudad? En este caso no se trata solo de pronosticar la situación que habrá en Japón en Julio, sino la que habrá en todo el mundo. Una jugada muy arriesgada.
Además, la actual paralización de las pruebas clasificatorias en muchos deportes ha generado una nueva problemática. ¿Cómo se escogen los deportistas que pueden competir en los Juegos Olímpicos? Por un lado hay deportes que ya tienen las plazas asignadas a cada país, como podría ser el MTB si se aprueba que el ranking por países olímpico se paralice a fecha del 3 de marzo. Pero hay deportes en los que se requieren marcas mínimas o superar torneos de clasificación. ¿Qué pasará con ellos? ¿Cuándo se disputarán esas pruebas? En el caso del MTB la problemática se trasladaría a cada país, puesto que muchos de ellos habían establecido las primeras carreras internacionales como eventos donde escoger los bikers que serían seleccionados para cubrir las plazas obtenidas por su país. Para muchos la primera Copa del Mundo de XCO en Nove Mesto y el Campeonato de Europa en Graz eran las carreras clave en el proceso de selección. Por ahora el campeonato de Europa ya ha sido pospuesto y la prueba de Nove Mesto está en el filo de la navaja, pendientes de la evolución de la situación para confirmar que hacen con la carrera.
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Posponerlos a otra fecha de 2020 sería lo menos malo para la organización. Moverlos a 2021 se antoja complicado y anularlos completamente un desastre económico para la organización y el país
El otro escenario supone posponer los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 y moverlos a una nueva fecha. Si nos centramos en los aspectos legales, la organización se puede «agarrar» a qué solo se indica que deben celebrarse en 2020. Lo que abriría la puerta a situarlos en una nueva fecha más avanzada del año. Un enorme cambio que para muchos es la solución más adecuada a día de hoy. También han surgido opiniones que marcan el camino hacia disputar los Juegos Olímpicos de Tokyo en 2021. Incluso en 2022 los más extremos. Aquí entraría en juego que el Comité Olímpico Internacional diese esa opción a la organización de los Juegos Olímpicos para hacer algo que nunca ha sucedido hasta ahora. Con el cambio a otro año se daría margen a rehacer todo el calendario de pruebas clasificatorias en los diferentes deportes. Entre las opiniones también existen partidarios de cancelar por completo esta edición de los Juegos Olímpicos, que simplemente no se disputarían. Una opción que tendría un enorme impacto económico en la economía de Tokyo y Japón.
En cualquier caso, los próximos Juegos Olímpicos no serán unos más en la historia de este evento.
