La MMR X-Tour sigue la filosofía de MMR de crear bicis, ante todo, efectivas
MMR tiene una filosofía clara. Bicis simples y efectivas para afrontar usos concretos y siempre con algún toque racing que recuerde su ADN de carreras. Sus bicis no suelen arriesgar con tecnologías por explorar o soluciones técnicas complejas. Crean bicicletas fiables y con propósitos claros y suelen equiparlas con componentes de primeras marcas y montajes con una gran relación precio-equipamiento. Es una fórmula simple y efectiva que hemos podido comprobar en otros modelos de la marca asturiana como la MMR Kenta de doble suspensión, su económica y equilibrada MMR Zen o la MMR Kore, todas bicis que destacan en sus categorías por ser, sobre todo, eficaces, simples y directas.
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El gravel ha superado su época de «moda» para adentrarse en una fase de consolidación
Con el crecimiento del gravel MMR necesitaba tener presencia en este segmento que parece estar lejos de tocar techo. Como modalidad, el gravel ya ha pasado la etapa de moda y está en plena fase de consolidación y expansión. Y es normal. Son bicis polivalentes que han evolucionado lo suficiente como para ser efectivas en asfalto y permitirte adentrarte en pistas de tierra con seguridad y solvencia. Así captan a ciclistas de todo tipo de disciplinas. Desde la carretera al MTB. Esa etapa de consolidación del gravel supone una especialización en el tipo de bicicletas de gravel existentes. Exactamente lo mismo que sucede en carretera, donde puedes encontrar bicis de corte aero, escaladoras, racing o gran fondo, o en MTB, donde desde el XC al descenso hay una larga lista de modalidades. En gravel, por ahora, podemos identificar algunos grandes grupos: las gravel racing, con aires de bici de carretera, y las gravel aventureras, más relajadas y pensadas en la comodidad.
Por estética, la MMR X-Tour está más cerca de una gravel racing que de una aventurera extrema
La nueva MMR X-Tour nace con un enfoque aventurero pero, tras probarla, también os podemos asegurar que no defraudará a los que busquen competir en gravel de vez en cuando. Estéticamente está más cerca de las nuevas gravel racing que de las gravel aventureras más extremas, esas repletas de soportes para cargar todo tipo de bolsas, pasos de rueda gigantes y pocas concesiones a la estética limpia. De hecho, tras varios meses con ella la ubicaríamos a medio camino de las gravel racing más específicas y las gravel aventureras. Aunque MMR la presenta más hacia el lado aventurero, la realidad es que su geometría sigue dando esos toques racing que tienen todas las MMR, su estética es digna de los modelos de carretera más integrados y su ubicación y cantidad de puntos de anclaje en el cuadro ni es grande y condiciona la estética de la bicicleta. Si ves la MMR X-Tour por primera vez la podrías identificar como una bicicleta de carretera endurance.