Etapa 6, la confirmación del triunfo de Milton Ramos
Sangre, sudor, lágrimas y una mente absolutamente poderosa. Estos, junto a una buena preparación física, son los ingredientes necesarios para sobrevivir a la carrera más implacable de mountain bike del mundo. Terminar un Iron Bike no está al alcance de cualquiera. Y todo el que se atreva a desafiar la extrema dureza de los Alpes ha de llegar dispuesto a sufrir como nunca antes.
Así lo hicieron durante estos ocho días los casi 160 corredores en esta 25ª edición. Entre ellos, destaca un nombre: Milton Ramos. El hispano hondureño volvió a alzarse con el título gracias a una impecable gestión de carrera. Su ritmo, siempre competitivo, apenas sufrió altibajos y su destreza, con algo de buena fortuna, le sirvió para evitar cualquier avería. No puede decir lo mismo Brandan Márquez, que en los últimos días de Iron Bike sufrió dos percances que prácticamente acabaron con sus posibilidades de llevarse la corona.
En esta última etapa, los corredores se enfrentaron a un desafío de menor rango. 55 kilómetros de recorrido con 1.129 metros de desnivel en el que las dos pruebas especiales eran en descenso. Así, los bikers pudieron tomarse un pequeño respiro en las subidas. El último tramo del Iron Bike, como cada año se hizo de una manera especial. Los corredores, todos al mismo tiempo, salieron corriendo desde un punto fijado a por sus bicicletas y tras subirse en ellas afrontaron el último descenso hasta la plaza de Sauze d’Oulx, donde música, abrazos, sonrisas y lágrimas se fundieron en una fiesta a la altura de la prueba.
Los datos son difíciles de asimilar, abrumadores. A lo largo de las ocho jornadas, los atletas recorrieron cerca de 650 kilómetros con más de 25.000 metros de desnivel, o lo que es lo mismo, subir casi tres veces a la cima del mundo, al monte Everest. La mayoría del tiempo tuvieron la suerte de pedalear, pero para superar obstáculos imposibles se vieron obligados en numerosas ocasiones a cruzar obstáculos andando, porteando o incluso pasando la bicicleta de uno a otro corredor.
“Apuntarse al Iron Bike es algo increíble, acabarlo es algo espectacular y conseguir la victoria es súper especial. Ya son seis veces las que la he ganado y otra vez terminé segundo, pero creo que por encima de todo eso está el calor humano que nos transmite la organización, la belleza del recorrido… todo eso la hace especial y la carrera más bonita del mundo entero”, ha explicado Milton Ramos antes de la entrega de premios.
Brandan Márquez, se mostraba muy contento con el trabajo realizado y con unos resultados impensables antes de afrontar su primer Iron Bike. “En ningún momento imaginé que iba a poder disputar el podio y he estado cerquita de disputar la victoria, así que me voy muy satisfecho. El Iron Bike ha sido lo más duro, pero a la vez lo más bonito que he hecho en bicicleta de montaña”, admitía Márquez después de la carrera.
El último escalón del podio lo ocupaba el guipuzcoano Joseba Albizu. El azpeitiarra fue de menos a más y estuvo las primeras jornadas buscando su mejor nivel. El aguante del corredor vasco es incombustible y lo demostró en los ascensos más verticales. Sus piernas fueron dos locomotoras. Cuando peor lo pasa el resto de bikers, Albizu se exhibe para recortar el tiempo que después fue perdiendo en las bajadas, algo que no es su especialidad. Gracias a ese poderío se convirtió sin mayores problemas en el líder de su categoría, Máster 40, y se subió al escalón de bronce del podio de la general.