Probamos la RockShox SID World Cup 2017, pensada para el nuevo XC

Si te preguntamos por una horquilla de XC puro y duro lo más probable es que el primer nombre que te venga a la cabeza sea el de la RockShox SID. No obstante es el modelo más laureado de la historia del XC. La horquilla que más mundiales y medallas olímpicas ha visto colgarse a sus pilotos.

En los últimos años había perdido cierto protagonismo con la llegada de la RockShox RS-1, pero con la mayor especialización de cada disciplina, la SID ha vuelto a recuperar el espacio perdido y ha sido orientada al 100%, como en sus mejores tiempos, hacia los usuarios XC y bike-maraton. La competencia en las horquillas de XC ha aumentado y, gracias a ello, la SID ha tenido que mejorar.

Ha pasado por nuestras manos la SID World Cup para 29″, el modelo más deseado de la completa línea SID.

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Hablar de SID es hablar de historia del XC. Fue introducida en el catálogo de la marca en 1.998 y desde entonces ha tenido que reinventarse en cada una de sus revisiones para seguir el imparable ritmo de evolución de las bicicletas en los últimos años. Si bien externamente la nueva SID no parece tener grandes novedades respecto al anterior modelo, repasando sus características punto por punto vemos que la evolución ha sido importante.

De entrada se dice adiós a los modelos que llegaban a 120mm de recorrido. Es un paso lógico en la especialización máxima de cada horquilla de la gama RockShox. Hoy en día, los 120mm de recorrido se asocian más a modelos de trail ligeros, y en ellos se busca un uso más agresivo y unas barras más anchas que los 32mm de la SID. En ese sentido la RockShox RS-1 ha cambiado ligeramente en su última encarnación para posicionarse como es eslabón entre el XC más exigente y el trail ligero. En cualquier caso, ahora más que nunca, si eres un rider XC tu horquilla RockShox es la SID. Ahora sus versiones son de 80 o 100mm de recorrido.

Una de las premisas básicas en cualquier componente XC es el peso y la RockShox SID se ha esforzado para ponerse a régimen. Se mantiene el tubo de dirección y corona de carbono, un detalle que hace tiempo que distingue al modelo World Cup y que es muy poco común encontrar en cualquier horquilla. Las botellas reciben un nuevo diseño, que aunque similar al anterior a nivel visual logra limar unos cuantos gramos extras a la báscula. En parte gracias a la eliminación de la posibilidad de tener 120mm, puesto que ello ha permitido redimensionar toda la horquilla para ajustarla a sus nuevos rangos de recorrido. El uso de magnesio en las botellas también contribuye a la reducción de peso. Hablando en números, las nueva RockShox SID World Cup es 100 gramos más ligera que su predecesora.

Mirando en el interior nos encontramos con que por fin adopta el cartucho Charger originalmente creado para la Pike (recientemente se ha presentado el Charger 2 para la nueva Pike) adaptado para caber en las barras de 32mm. Con todo lo bueno que comporta, especialmente en lo que a sensibilidad inicial se refiere. Recordemos que el XC es cada día más exigente y que el material debe evolucionar para adaptarse a ello. Tenemos una palanca con dos modos de uso para poder bloquearla (abierto y cerrado). El bloqueo es firme pero el sistema está preparado para que si recibimos un impacto muy fuerte con la horquilla bloqueada ésta ceda ligeramente y se comprima para evitar dañar el cartucho o someterlo a una presión excesiva.

En cuando a los ajustes, podemos controlar la compresión a baja velocidad con el dial sobre la palanca de bloqueo, además de rebote y la presión de aire del sistema SoloAir. En cuanto a la configuración de su progresividad podemos jugar con el sistema Bottomless Tokens. Con él podremos ajustar el volumen de la cámara de aire para hacer que la horquilla sea más o menos progresiva. Se trata de un ajuste interno, que requiere desmontar para poder poner o quitar espaciadores en la cámara de aire, pero que no es especialmente complicado a nivel mecánico. Además se ha rediseñado el sistema para abrir la cámara del aire de forma que podemos hacerlo con una llave de cassette, una pequeña ayuda adicional para poder aprovechar herramientas.

En cuanto a su unión con la rueda, es compatible con el sistema Torque Cap de la marca, que ofrece una mayor superficie de apoyo en su contacto con el buje aumentando la rigidez. Viene equipada con el cierre Maxle Stealth, de sólo 39 gramos de peso, que, eso sí, necesita de una herramienta para abrirlo y cerrarlo. Todo sea por quitar peso.

En marcha

Antes de montarla la horquilla pasó uno de sus pruebas más duras antes de rodar ni un metro. El paso por la báscula. El peso es, por si solo, un argumento de compra para muchos bikers de perfil XC/bike-maraton. La SID World Cup ha hecho un buen trabajo y, con el tubo sin cortar y con el eje pasante incluido, pesa 1.497 gramos (1.458 gramos sin eje). Nada mal para una horquilla para 29″. Cuando montas la nueva SID World Cup no puedes evitar admirar su tubo de dirección de carbono, un detalle que pocas veces puedes ver en una horquilla y que es el símbolo que estás trabajando con una horquilla emblemática. Y también que debes ir con especial cuidado a la hora de cortarlo.

Desde los primeros kilómetros comprobamos que la horquilla tiene una rigidez lateral sobrada para uso XC. Algo que aumenta si podemos emplear sus sistema Torque Cap. Aunque las comparaciones son odiosas, la rigidez torsional de la SID está muy por encima de la RS-1. La palanca para activar el bloqueo es muy suave de accionar aunque, no nos engañemos, la inmensa mayoría de los bikers emplearán un bloqueo remoto. Nosotros teníamos un OneLoc (el de cable, el hidráulico X-Loc sólo está disponible con el modelo XX) y lo pudimos usar en las pruebas. Es excepcionalmente suave de activar, cómodo de usar y fiable. Algo de lo que no pueden presumir todos los mandos de bloqueo. En cuanto a los ajustes, vale la pena invertir algo de tiempo en configurar la cámara de aire jugando con los espaciadores internos para lograr el tacto que más nos guste. Eso sí, en general, el funcionamiento de la nueva SID es más lineal que el de su predecesora.

La principal diferencia en su comportamiento respecto al modelo anterior lo notamos en la absorción de pequeños impactos. La SID World Cup es más sensible que nunca en la primera parte de su recorrido, algo que se agradece cuando rodamos por terreno bacheado sentados en el sillín. 100mm no es un locura de recorrido, pero es la medida establecida como standard para XC y bike-maraton. Por suerte la SID hace una buena gestión del recorrido, y aunque la parte inicial ha ganado en sensibilidad, la intermedia tiene mayor soporte y ayuda a que no nos acabemos el recorrido enseguida. Aunque con un riding exigente es inevitable hacer algunos topes en los impactos más extremos si queremos que la primera mitad del recorrido trabaje de forma efectiva en la mayor parte de situaciones. Es una cuestión de buscar el equilibrio que más nos guste entre sensibilidad y tendencia a hacer tope.

Una buena rigidez (especialmente lateral), un peso competitivo, acabados de primera, posibilidad de instalar un bloqueo fiable, mejora en la sensibilidad inicial y buenas opciones de ajuste. La evolución de la RockShox SID World Cup hace honor a su historia.

Su precio es el dato que más duele. PVP de 1216€ a 1336€ dependiendo de la versión. Está disponible para 27,5″ y 29″, para ejes Boost (15×110) o eje pasante tradicional de 15×100 y hay tres opciones de offset (42, 46 y 51mm). En cuanto a colores tenemos negro (en dos acabados) y blanco.