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YT, Kona, Orange… por qué tantas marcas de bicicletas acaban en problemas tras la entrada de inversores

Tras el boom de la pandemia, varias marcas de bicicletas que abrieron sus puertas a fondos de inversión han terminado en crisis. Kona, Revel, Orange, Alchemy o YT Industries son ejemplos de cómo la presión por crecer rápido ha puesto en riesgo su supervivencia. Ahora, muchas vuelven a manos de sus fundadores, con estructuras más pequeñas y fieles a sus orígenes.

YT Industries es la última de un goteo de marcas que han cambiado de manos recientemente

La industria de la bicicleta vive un momento de transformación profunda. Tras los años de crecimiento acelerado impulsados por la pandemia, el mercado se ha enfriado y muchas marcas están atravesando serias dificultades. Un patrón empieza a repetirse: empresas que pasaron a estar controladas por fondos de inversión acaban en quiebra, cambio de manos o reestructuración. El último caso es el de YT Industries, pero hay más marcas que han pasado por una situación similar. Al mismo tiempo, en el otro extremo, los grandes grupos multinacionales siguen ampliando su cartera de marcas para ganar músculo y resistir mejor los vaivenes económicos.

Continúa tras los patrocinadores



Por qué las marcas de bicis interesaban a los fondos de inversión

Con la explosión post pandemia, las marcas de bicis se convirtieron un objetivo goloso para los fondos de inversión

Durante la pandemia, la bicicleta se convirtió en un bien de consumo con una demanda explosiva. Se agotaban los stocks, los tiempos de espera llegaban a superar los doce meses y la percepción era que el sector había entrado en una fase de expansión estructural. Para los fondos de inversión aquello fue una señal clara: un mercado en crecimiento, con márgenes relativamente altos, fuerte capacidad de internacionalización y un componente aspiracional muy potente.

El ciclismo reunía varios elementos atractivos para los inversores:

  • Expansión global: la bicicleta era vista como una solución tanto deportiva como de movilidad sostenible, con proyección en Europa, Norteamérica y Asia.
  • Valor de marca: compañías con identidad fuerte y tradición, como Kona u Orange, tenían un prestigio que podía monetizarse con estrategias de marketing agresivas.
  • Tendencia en e-bikes: el auge de las bicicletas eléctricas abría la puerta a márgenes aún mayores y a captar a nuevos públicos.
  • Crecimiento rápido: la idea era escalar volumen y facturación en pocos años, para luego revender la empresa con beneficios.

YT Industries

Cómo cambió la entrada de capital externo

Un fondo de inversión, en la mayoría de los casos, busca beneficio rápido

El problema es que la lógica de los fondos de inversión no es la misma que la de quienes fundaron estas compañías. Los fundadores suelen estar motivados por la innovación, el vínculo con la comunidad ciclista y la creación de productos únicos. Los fondos, en cambio, priorizan el crecimiento rápido y la rentabilidad a corto plazo.

La entrada de capital externo supuso un cambio radical en la manera de gestionar estas compañías. Muchas de ellas pasaron de producir con un ritmo acorde a su mercado natural a intentar escalar de forma acelerada, aumentando el volumen de fabricación incluso a costa de perder parte del control de calidad que siempre las había diferenciado.

Ese nuevo enfoque también impulsó estrategias de expansión muy agresivas, que en ocasiones llevaron a las marcas a entrar en mercados o segmentos para los que no tenían una base sólida. Y todo ello vino acompañado de un progresivo alejamiento de su identidad original: se tomaron decisiones pensando en balances trimestrales más que en la comunidad ciclista, lo que erosionó la imagen que había hecho únicas a estas compañías.

Cuando el mercado se enfrió tras el pico de la pandemia, esas estructuras sobredimensionadas se volvieron insostenibles. Con la demanda estabilizada, las cuentas no cuadraban y la presión de los inversores se convirtió en un peso imposible de soportar.

Las marcas que han sufrido en los últimos tiempos

  • Kona: tras ser adquirida por Kent Outdoors (controlada por un fondo), entró en una espiral de decisiones que acabaron paralizando la producción y dejando la continuidad de la marca en entredicho. Los fundadores de Kona han recomprado la marca recientemente.
  • Revel Bikes: la joven marca de Colorado acabó en bancarrota, hasta que su fundador Adam Miller la recompró para devolverla a un modelo más realista y sostenible.
  • Orange Bikes: icono del MTB británico, entró en liquidación y fue salvada in extremis por Ashley Ball, que dirigió la marca en el pasado y prometió mantener la producción en el Reino Unido.
  • Alchemy: la firma boutique de cuadros artesanales de Colorado está en venta.
  • YT Industries: el caso más reciente. Tras declarar insolvencia hace unas semanas, su fundador Markus Flossmann ha anunciado que recomprará la compañía, en un movimiento muy similar al de Revel, con la idea de recuperar el control y devolverle la identidad que la hizo crecer.

Kona

¿El futuro? Volver a los orígenes

Por ahora, salir de los fondos de inversión supone un regreso a los orígenes

Estos casos reflejan un camino común: la salida de los fondos de inversión y el regreso al control por parte de los fundadores o personal estrechamente ligado al mundo del ciclismo. El objetivo es recuperar una estructura más pequeña, flexible y alineada con los valores que dieron vida a las marcas. Aunque supone renunciar a parte de la ambición de crecimiento, también les permite volver a centrarse en lo que siempre las diferenció: productos auténticos, innovación cercana al usuario y una gestión más sostenible.

Cada marca, una historia distinta

Aun así, no existe una única receta. Cada empresa vive una situación distinta, con estructuras internas y modelos de financiación propios. En algunos casos, el capital externo ha permitido abrir mercados que de otro modo habrían sido inaccesibles; en otros, ha supuesto la pérdida de identidad y el colapso. Lo que sí parece claro es que, para las marcas pequeñas, la alternativa más viable en este nuevo escenario es reducir riesgos y apostar por un tamaño más humano, donde el control vuelva a estar en manos de quienes conciben la bicicleta como algo más que un negocio.

 

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