El inglés partía como uno de los favoritos
La Strade Bianche tiene un nuevo ganador ilustre en su palmarés. Se trata de Tom Pidcock. El joven inglés partía como uno de los grandes favoritos para ganar la carrera. De hecho ya había hecho grandes actuaciones en el pasado. En esta edición se podía esperar un duelo con Mathieu van der Poel. Un duelo que nunca se ha producido.
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Mathieu van der Poel no estuvo nunca en la lucha por la carrera
Tom Pidcock ha empezado a cimentar su victoria a 50 km de meta. En ese momento atacaba Alberto Bettiol, llevándose a Andrea Bagioli a su rueda. Saltaban del grupo principal, que rodaba a más de 3 minutos de la escapada del momento. Pidcock veía ese movimiento y arrancaba en solitario para dar caza rápidamente a Bettiol y Bagioli. Los tres abrían un hueco importante respecto al pelotón en el que Mathieu van der Poel no se movía.
Usando su técnica, Pidcock conseguía irse en solitario de su grupo a base de arriesgar en las bajadas de los tramos de tierra. A 40 km de meta daba caza a los dos escapados, Sven Erik Bystrøm y Alessandro De Marchi. Bystrøm se quedaba y a 30 km de meta Pidcock conseguía irse en solitario. El de Ineos Grenadiers conseguía sacar tiempo en cada tramo de tierra y confirmaba su superioridad técnica.