Ni mejor ni peor, las llantas de carbono y las de aluminio tienen comportamientos diferentes con puntos fuertes y débiles para cada una
El ancho de la llanta es idóneo para la mayorías de usuarios de XC y bike-maraton, perfecto para neumáticos de 2,2″ y 2,3″, que logran su mejor forma con ese ancho interno de casi 25 mm. Por lo demás, la diferencia más grande respecto a la llanta de carbono está en la resistencia frente a los impactos. Con los temidos llantazos. Una llanta de carbono es capaz de aguantar muchos llantazos sin inmutarse, en la misma situación en la que una de aluminio quedaría, seguramente marcada. Eso sí, cuando el llantazo es suficientemente fuerte para dañar una llanta de carbono, probablemente se rompa de tal forma que tengas que cambiarla, mientras que la de aluminio suele dar más margen a posibles reparaciones. Este tipo de llantas de aluminio ligero casan muy bien con los ahora tan populares sistema de mouse, que protegen la llanta frente a impactos directos y permiten rodar a menor presión de forma segura.
En definitiva, las ruedas Progress DYN Ceramic lo tienen todo para triunfar, e incluso para sacar los colores a ruedas de carbono. Un precio muy competitivo, rodamientos cerámicos, montaje a mano verificado, radios de primera, una llanta con una medida ideal y unos acabados muy buenos. Todo ello con un peso muy bueno y con variedad de medidas de buje disponibles. ¿De verdad necesitas carbono en las llantas?
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