Fox Live Valve es el inicio de un camino que debe traer las suspensiones electrónicas a todas las modalidades
Probablemente muchos lo habrán percibido como una novedad sin especial importancia entre la vorágine de novedades a las que nos tiene acostumbrado el sector del mountain bike. Sin embargo, las suspensiones Fox LiveValve suponen la puerta de entrada a un nuevo mundo de posibilidades, e incluso pueden jugar un papel importante en el desarrollo de los próximos sistemas de suspensión. En esencia, y cómo os explicamos en el artículo de presentación del Fox LiveValve, se trata de un sistema electrónico de gestión de las suspensiones que se adapta al terreno en función de los datos que recopilan sus sensores, ubicados en la horquilla y el cuadro. A partir de aquí, las posibilidades de aplicación aumentan sabiendo que la «inteligencia real» del sistema puede ayudar a paliar algunos puntos débiles de un sistema de suspensión, por ejemplo, manteniendo la suspensión más firme en los tramos de pedaleo aún cuando el sistema de suspensión no sea especialmente eficiente en su diseño. Con la electrónica llamando a la puerta del MTB con fuerza, la integración del Fox LiveValve ha iniciado un camino que está aún por recorrer. Por ahora, un buen síntoma de su aceptación es la cantidad de cuadros que se lanzan adaptados ya para usar el Fox LiveValve, incluyendo los puntos de integración para su sensor en el cuadro. Ayer, en el Short Track de la Copa del Mundo de Nove Mesto, el Fox LiveValve marcó un hito en su breve historia. Lograr ganar una prueba de Copa del Mundo gracias a Chloe Woodruff.
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