Reportaje del Grand Raid BCVS, +5.000 metros de pura historia biker en Suiza

El Gran Raid BCVS se disputa el sábado. Lo hace por un motivo. La carrera rueda por lugares de alta montaña y, en caso de previsión meteorológica desfavorable la organización puede pasar la carrera al domingo, algo que ya ha sucedido en el pasado. Un rasgo característicos de este evento. La hora de salida habitual de la prueba es las 6:30 de la mañana. Este año la salida se retrasó, previo aviso el día anterior, hasta las 7:00 para contar con el mejor tiempo posible. La tarde y la noche previas estuvieron plagadas de tormentas y, aunque no se esperaba lluvia para el sábado, si contaban con un día nublado y frío en los pasos más altos y descensos. Por ello ese pequeño cambio de hora.

Salida de la prueba reina. La de 125km y más de 5.000 metros de desnivel positivo

También lo es el proceso de recogida de dorsales, en el que se verifican, una a una, todas las bicicletas de los participantes. Estado de los frenos, dirección y que no tenga holguras de importancia son algunos de los puntos a revisión.

Si no tienes la bicicleta en buen estado cuentan con un servicio de mecánica al lado para ayudarte a solucionar cualquier problema.

El sello de bici lista para el Grand Raid BCVS. La seguridad es un aspecto primordial para la prueba.

Con más de 5.000 metros de desnivel positivo por delante y con una subida de 700 metros de desnivel «a pie parado» desde la misma salida, los momentos previos al Grand Raid no es habitual ver a nadie haciendo rodillo. La primera ascensión es la mejor forma de calentar. Incluso entre la mayoría de los numerosos profesionales.

7:00 AM. A por 125km de MTB.

La primera subida fue un resumen de lo que sería el día. Una jornada fría, húmeda, con momentos de mucha niebla y claros y algo más de calor en el tramo final. La lluvia dejó el terreno complicado, especialmente en los tramos de sendero, que aunque no son muy abundantes y están repletos de raíces y piedras. Además hizo más pesado el rodar por las pistas en algunos puntos. Las bajadas por asfalto, que son numerosas, también estaban peligrosas en las zonas más húmedas.

De salida se formó un importante grupo con los bikers más fuertes. Unos 20 corredores. A partir de ahí empezó el proceso de selección y desgaste. El Gran Raid BCVS es una prueba por eliminación.

La muestra del enorme incremento del nivel entre los primeros participantes es que, a pesar de las condiciones poco favorables para lograr un buen tiempo final, fue el año que más corredores consiguieron bajar de las 7 horas. Cerca de 30. Ismael Ventura fue el mejor español en la 30ª plaza tras rodar entre los 15 mejores hasta el inicio del ascenso final. 8 españoles tomaron la salida en la prueba más larga de todas. 7 de ellos acabaron.

El papel de las asistencias es muy importante y nada fácil en un recorrido en línea por alta montaña como este.

Parte de la subida final a vista de pájaro. En Evolene, antes de la subida final, se instala un sprint especial en el que se regalan 8 GPS Garmin 1000. Son para los que logran los tiempos 1º, 2º, 3º, 100º, 250º, 500º, 1000º y el último tiempo en un tramo delimitado de 200 metros.

La alta montaña es el terreno de juego del Grand Raid BCVS. Desde aquí 15 sublimes kilómetros de bajada donde encontrarás de todo. Pista de piedras, pista lisa, senderos de hierba, singletracks pedregosos, tramos cortos muy técnicos, curvas, rectas de alta velocidad y un sinfín de regalos que, dependiendo del estado físico con el que seas capaz de llegar disfrutarás o sufrirás.

Con ello, su ascensión es un auténtico desfile de tope tipo de bikers y bicicletas. Desde profesionales a principiantes, de jóvenes a veteranos, de bicis de última generación a modelos con V-Brake.

El tramo más emblemático.

El punto final a un largo peregrinaje con la MTB a cuestas. Coronándose a 2.787 metros de altura es un lugar donde puedes pasar del sol a la niebla y el frío intenso en cuestión de minutos.

No solo eso, cada uno busca su propia forma de cargar con la bicicleta durante la más de media hora que la inmensa mayoría de participantes pasan en este tramo.¿Cúal es la tuya?

¿Subir un tándem por el Pas de Lona? Siempre hay el más difícil todavía.

Samuel Porro en una exhibición de fuerza impresionante. Montarse en el tramo final del «pateo» del Pas de Lona está al alcance de muy pocos. De hecho, nadie recuerda al primer clasificado subiendo en bici esos metros finales. A pesar de ser una edición sin las condiciones idóneas para batir el récord de la prueba, Porro se quedó a poco más de 8 minutos del récord. Con un recorrido en condiciones óptimos, como el año que anterior, pocos dudan que el italiano hubiese batido el crono de Huber y bajado de las 6 horas.

El momento en que sabes que lo peor ha pasado

Tiempo de reponer fuerzas, aunque casi todo sea favorable a partir de aquí.

Pero ojo, el Pas de Lona no es, por poco, el punto más alto del recorrido. Tras coronarlo afrontas una bonita bajada por sendero y al fondo adivinas el último obstáculo hacia la majestuosa bajada final. Una subida de 152 metros de desnivel que, aunque pueda parecer poco, es uno de los puntos más dolorosos del recorrido. Se corona a 2.792 metros, el techo real de la carrera.

Algunos se lo toman con más calma que otros.

El Pas de Lona también es la puerta hacia los paisajes más espectaculares.

La línea de meta en Grimentz, al fondo, entre las nubes, el techo de la prueba

Tras el proceso de selección y eliminación que es esta carrera, Ragnoli y Porro, ambos italianos, se quedaron solos en un mano a mano. Una caída de Ragnoli que hizo que rompiese la rueda acabó con sus opciones. Corrió durante los 2 últimos kilómetros y aún así acabó 2º.

La desolación de Juri Ragnoli

El destrozo de Ragnoli tras la caída.

El perfil de un largo día en el sillín