Menor huella ecológica, estímulo económico para la región, adaptación a políticas proteccionistas de la UE… muchos factores a favor para el retorno de la fabricación de bicicletas a Europa
Hace tiempo que vemos como se producen pasos en el camino a recuperar la fabricación de bicicletas en Europa. O como mínimo de la mayor parte posible de ellas. Los nuevos escenarios internacionales que se planteaban hace ya meses y que propiciaban esta nueva tendencia se han visto ahora potenciados con las consecuencias de la crisis sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus. Traer parte de la producción de bicicletas a Europa es en parte una reivindicación de los consumidores, que cada vez más buscan productos con una menor huella ecológica y que también respaldan el retorno de la producción a Europa como una medida para estimular la región desde un punto de vista económico y financiero. Las posibles nuevas políticas proteccionistas de los gobiernos europeos, en línea a lo que Estados Unidos lleva haciendo desde la llegada de Trump, también supone otro aliciente para que las marcas busquen formas de traer parte de su fabricación de bicicletas a suelo europeo.
Uno de los últimos movimientos en esa dirección ha llegado a cargo de Giant, que acaba de empezar a fabricar en una nueva factoría inaugurada en Hungría.
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Los cuadros de carbono son los más complejos de fabricar de forma sostenible y económica en Europa, pero hay proyectos para lograrlo
A los aspectos positivos de recuperar la producción de bicicletas en Europa también se suma la idea que el segmento del ciclismo va a crecer de forma importante en los próximos años dentro de las medidas impuestas en busca de un cambio de modelo en la movilidad urbana en todos los países. Además de la potenciación del ciclismo como vía para mantener una vida saludable. Ambos aspectos aún más relevantes tras la crisis del coronavirus.
En el pasado ya vimos como varias marcas empezaban a buscar alternativas para fabricar sus bicicletas en Europa. Para ello hay que distinguir entre diferentes gamas de bicicletas. La producción más compleja de traer a Europa es la de bicicletas de gama media y alta en carbono. Los procesos de fabricación en carbono cuentan con un importante componente de mano de obra en su creación, lo que complica lograr precios competitivos en Europa. Además, en Asia se concentra la mayor parte de proveedores y conocimiento sobre el tratamiento de este material en ciclismo. Aún así hay varias iniciativas dispuestas a fabricar cuadros de carbono en Europa con precios competitivos. Una de las más ambiciosas a cargo de la marca polaca Kross. En 2017 arrancaron un programa piloto para fabricar parte de sus cuadros de carbono en una nueva sede en Polonia, bajo la financiación de la Unión Europea, y a finales de este año esperan dar el siguiente paso en esa dirección.
También os hablamos de como Ghost pretende fabricar buena parte de sus cuadros de carbono rígidos en Bélgica. Para ser competitivos en ese tipo de proceso productivo se busca lograr la máxima automatización posible de cara a reducir costes y hacer viable la fabricación en Europa.
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