Llama la atención el cambio con maneta montados completamente con cable y funda
“Lo bueno” empieza con el resto del material. De entrada un conjunto de tija y sillín, con la medida de la altura marcada con cinta aislante, para cada uno de los corredores del equipo. En caso de caída la probabilidad de dañar el sillín es muy grande.
Tampoco faltaba un juego de puntera de cambio, aunque es una reparación algo tediosa, os aseguramos que los mecánicos “entrenan” la mayoría de reparaciones más comunes para poder llevarlas a cabo lo más rápido posible en caso de tener que hacerlas en carrera. También es “obligatorio” contar con una cadena lista para ser montada. En el caso del Scott-SRAM también disponían de un juego de pedales y de un conjunto de maneta y cambio ya montados con su cable y funda. En el peor de los casos se puede cortar el cables, desmontar la maneta y cambio y montar estos fijando la funda con cinta americana al cable (ni pensar en meter cables y fundas por los guiados internos). Aunque sea una intervención compleja, poder sumar unos puntos en una Copa del Mundo puede valer mucho.
La omnipresente cinta americana también estaba en su kit, así como un juego de llaves (allén y Torx) y una bomba para suspensiones. Como no, también una máquina eléctrica portátil de inflado, algo que muchos sustituyen por una bomba con cámara de aire precargada (tipo el modelo de Bontrager) o sistemas de almacenamiento de aire a presión como el AirShot.
Una buena intervención mecánica puede salvar una carrera. Nino Schurter es un buen ejemplo, con algún que otro pinchazo reparado en tiempo récord por su mecánico.