33 centésimas dieron el oro a Bruni sobre un Hannah que ya sabía lo que era perder un mundial por una diferencia tan pequeña
Hay que corredores que están hechos para el Campeonato del Mundo. Riders que saben darlo todo en la carrera más importante del año y que no suelen fallar. Loic Bruni va camino de convertirse en uno de esos hombres. El francés, de sólo 23 años, se llevó el Mundial de Vallnord en 2015 y, dos años después, vuelve a enfundarse el maillot arco iris en Cairns. 23 años y 2 mundiales élite. Sobran las palabras.
Aún con ello hubo otras muchas historias durante la final masculina. De entrada la de Sam Hill, que ya os avanzamos en ESMTB ayer. El australiano volvía a un Campeonato del Mundo y, sin puntos UCI, salía el primero de todos. Marcó un crono estratosférico sobre su bicicleta de enduro (prácticamente la misma que usa en las Enduro World Series). Tan bueno fue su tiempo que le sirvió para llevarse una espectacular 6ª plaza. Quien tuvo retuvo.
La otra gran historia es la de Mick Hannah. Nadie había preparado este campeonato del Mundo de forma más específica, concienzuda y detallada como el rider australiano. Fue el más rápido en los entrenamientos cronometrados. En la final, sólo 0,33 segunods, o sea, 33 centésimas, le privaron de ser profeta en su tierra. Hannah ya conocía esa sensación de quedarse con la miel en los labios puesto que en el mundial de Pietermaritzburg 2013 se quedó a 39 centésimas del otro, siendo también 2º tras el héroe local Greg Minnaar.