Tenía 23 años y lo había ganado todo. Pero los problemas llegaron en forma de lesiones, sobre entrenamiento, depresión…
La historia de Julie Bresset es la muestra que en el deporte de élite el éxito no trae siempre la felicidad. Ganadora de la Copa del Mundo en 2011 con 22 años. Campeona de Francia de 2010 a 2013 de forma consecutiva. Campeona del Mundo absoluta en 2012. El mismo año que se llevaba el premio gordo del XCO, la medalla de oro olímpica, en Londres 2012. Con 23 años la francesa ya lo había ganado todo. Ante si tenía un futuro prometedor y la visión que podría ser una dominadora de la categoría femenina durante años. Pero jamás llegó a serlo. Al año siguiente su rendimiento cayó en picado y cada vez era peor. Hasta el punto de acabar rompiendo su contrato con el equipo y abandonando la competición por completo.
Su historia es complicada. En ESMTB.com la seguimos de cerca día a día. Como merecía una corredora de su talento. De la alegría de celebrar el oro olímpico. La renovación con su equipo hasta 2016, en busca de otra medalla olímpica. El descubrimiento de Bresset que ser campeona olímpica la introducía en una nueva dimensión de difusión mediática, algo que bien puede saber Carlos Coloma. Pero empezaron los problemas, en primer lugar con una rotura de clavícula. Ese 2013 lo acabó salvando con un título de campeona de Francia, aunque lejos del nivel de 2012. A partir de ahí la caída fue en picado y Julie Bresset pasó a ser noticia por sus renuncias a algunas carreras importantes, como el Campeonato de Francia de 2014 o la Copa del Mundo de 2015.
Los hechos se sucedían y apuntaban a graves problemas de la francesa. Sobreentrenamiento, depresión, enfermedades… todo se puso en su contra. Su objetivo de estar en Rio de Janeiro 2016 se desvaneció. No pudo defender su título. Fue el punto y final a su contrato con el BH Suntour KMC. En 2017 anunció que se alejaba de la competición por un tiempo, y que pasaba a ser embajadora de Scott.
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