El anuncio de Pedro Sánchez está pendiente de la evolución de la pandemia y, sobre todo, de los detalles que concreten
Ayer Pedro Sánchez anunció que a partir del próximo 2 de mayo se permitirá la práctica de deporte fuera del hogar y en espacios abiertos. Fue sólo una declaración de intenciones que, por ahora, no tiene ninguna oficialidad. Se espera que los detalles de esa apertura al deporte queden concretados el próximo martes 28 de abril en el Consejo de Ministros. Si bien es un paso muy demandado por la sociedad y que entra dentro de la lógica del proceso de desconfinamiento, los detalles finales del plan para volver a practicar deporte al aire libre podrían dejar al margen al ciclismo o limitar muchísimo las opciones de practicarlo.
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El distanciamiento social deberá mantenerse y habrá que ver si se legisla de forma global para toda España o por territorios
De entrada, en el anuncio de Pedro Sánchez en la rueda de prensa de ayer sábado 25 de abril la puesta en marcha del plan para volver a practicar deporte al aire libre a partir del 2 de mayo está condicionada a que «la evolución de la pandemia prosiga en un sentido positivo«. Esto quiere decir que cualquier dato negativo en los días que faltan hasta esa fecha podrían frenar la idea de permitir ejercicio en el exterior. También quedó claro que no iba a ser una vuelta total a la normalidad previa y que, seguramente, la práctica de deporte fuera de casa esté condicionada a una serie de factores que la limiten en diferentes aspectos.
Por un lado es seguro que estarán vigentes las nuevas normas e ideas de distanciamiento social. Es decir, nada de salidas en grupo ni quedar con amigos para practicar deporte, además de evitar aglomeraciones durante su práctica. Un hecho que está aún en el aire es si la gestión de esta desescalada del confinamiento se gestionará de forma global para toda España de la misma forma o si habrá diferentes medidas en función de la situación de cada territorio. Este segundo supuesto es el más lógico, pero por el que nunca ha optado el Gobierno hasta ahora, tirando por la vía más sencilla de aplicar normas especialmente pensadas para grandes ciudades a todos los pueblos y localidades de España, independientemente de sus condiciones particulares y el impacto de la pandemia en su región.
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