No es una prueba tradicional. Basta con ver que en el MTB actual, en el que las carreras por etapas son la moda del momento, el IronBike no crece en participantes. Menos de 100 bikers para esta edición 2016. Un dato que lejos de ser negativo es característico de la carrera italiana. Una muestra que el IronBike no está hecho para todo el mundo. Ni todo el mundo está hecho para completar un IronBike.
Desde su curioso y peculiar sistema de competición, a sus extremos recorridos. Todo en la prueba italiana es diferente a lo que entiendes por competición de MTB. Desniveles extremos, terreno muy técnico, paisajes brutales, pasos complicados y una organización que podríamos calificar de «artesanal». Pero que lleva ya 23 años realizando una carrera que muchos consideran la más dura del planeta. Algo que siempre es difícil de probar.
Coronar cimas de más de 3.000 metros, cruzar puentes colgantes, bajar 4.000 escaleras, haces ascensiones de más de 1.800 metros de desnivel o dormir a más de 2.000 metros en tiendas de campaña son algunas de las cosas que tendrás que hacer si quieres acabar esta prueba sin igual.
7 etapas y más de 25.000 metros de desnivel positivo. Está claro que no es un paseo por el parque. El IronBike, para bien o para mal, deja huella. Este es nuestro resumen de la edición 2016 que ha vuelto a tener los ingredientes típicos de la cita italiana.