Lejos de ser una prueba de relleno, el Short Track pondrá en juego quienes salen desde las dos primeras filas de la parrilla en la prueba de XCO
Es tiempo de Campeonatos del Mundo de ciclismo en carretera. El evento de la UCI más importante de su calendario. Con él se suelen dar a conocer las principales novedades de este organismo y sus competiciones de cara a la siguiente temporada. Este año el mountain bike se ha llevado un importante protagonismo entre las noticias difundidas en su primera rueda de prensa.
La gran novedad es la introducción de una nueva modalidad. La Cross Country Short Track (XCC) que se incorpora de forma directa al programa de la Copa del Mundo de cross country. Tras el fiasco del Eliminator, que acabó siendo eliminado de la Copa del Mundo para ser rescatado este año con un calendario de Copa del Mundo propio separado del XCO, llega el turno de las Short Track. Es un concepto ampliamente conocido en USA, donde desde hace muchos años forma parte de su calendario de pruebas y es una modalidad que siempre se disputa junto a las pruebas de XCO de sus series nacionales. Además de tener su propio título de campeón nacional.
Se ha escogido este formato por ser amigable y espectacular tanto para el público como para la TV. En su adaptación a la Copa del Mundo se ha dispuesto que sea una carrera de 20 minutos de duración y que se deberá disputar sobre un circuito corto, de 1 a 1,5km. Además deberá emplear la línea de salida/llegada de la prueba de XCO con lo que el escenario será prácticamente el mismo que el de la prueba de cross country. Se estima que la duración de cada vuelta debería estar entre los 2 y 3 minutos.
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