Lo que parecía una caída sin consecuencias se ha convertido en un gran problema para Sam Gaze
Para Sam Gaze, el arranque de 2019 está siendo muy diferente al arranque de 2018. El año pasado a estas alturas el corredor de Nueva Zelanda era el propietario del maillot de líder de la Copa del Mundo tras lograr romper la racha de victorias de Nino Schurter en esa competición. Este año, Sam Gaze acaba de tomar una decisión que pocos podían prever. La historia se inicia en la pasada Absa Cape Epic, una carrera en la que, en principio, no debía acudir para disputar la general, sino como apoyo al equipo de Kulhavy y Grotts en su intento de defender la victoria de 2018. Sin embargo, la baja de Grotts lo colocaba en el equipo A de Specialized junto a Jaroslav Kulhavy y con la presión, y necesidad, de estar delante. Su aventura en la carrera duró poco. En la primera etapa en línea se iba al suelo cuando estaba peleando por enlazar con el grupo de cabeza y dentro del podio de la jornada. Lo que parecía una caída sin consecuencias acabaría en su abandono dos días después. En el incidente se golpeaba la cabeza con fuerza y parece que las secuelas de ese accidente están siendo mucho mayores de lo pensado.
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