Nino Schurter compitió con un objetivo claro: no llegar al sprint con nadie
No hubo color. Como si una demostración de que sigue el número uno y de que nadie puede hacerle sombra, Nino Schurter optó por una táctica que hacía tiempo que no ponía en marcha. El objetivo parecía claro: evitar llegar al sprint. Tras la derrota de Stellenbosch y el susto de Nove Mesto, Nino Schurter parece que no quiere volver a jugarse una victoria al sprint. Arrancó prácticamente desde la misma salida, tras el empuje inicial de Avancini, para romper el grupo por completo llevándose a Mathieu van der Poel a su rueda. Parecía que el duelo estaba servidor, pero el suizo volvió a la carga y, esta vez sí, se fue en solitario. Con más dos tercios de la carrera por delante. Sólo un Gerhard Kerschbaumer espectacular dio emoción a la carrera.
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