La MB Race desde dentro por Ismael Ventura
Ismael Ventura, biker de ESMTB.com, tomó parte en la prueba aunque no logró finalizarla. Este es el resumen de su experiencia.
Las pruebas de bike-maraton en los Alpes juegan en otra liga de duración y dureza, especialmente las francesas
Correr bike-maraton fuera de España, y especialmente en el área de los Alpes, es otra liga. No ya por los números de desniveles de miedo de la MB Race. Todas las carreras de bike-maraton se pueden considerar extremas. La HERO Dolomites es otro ejemplo. No hay prueba fácil, e incluso, especialmente en Francia, introducen tramos de bajada técnicos y exigentes que cuesta ver en las pruebas nacionales. Lo cual no impide que miles de bikers se atrevan a intentar ser finishers. Este año yo era uno de ellos.
Salir a las 6:00AM duele. Mucho. Pero este año tuvimos la suerte de contar con un tiempo excepcional. Me planté en la línea de salida lleno de dudas a pesar de llevar ya unos cuantos años compitiendo. ¿Sería capaz de acabarla? ¿Qué ritmo llevas para hacer +7.000 metros de desnivel? ¿Qué plato montar? ¿Rígida o doble? Todas esas preguntas ya tienen su respuesta rápida:
- No, no pude acabarla.
- El ritmo perfecto es el más desahogado que puedas llevar para llegar con fuerzas al último cuarto de carrera, olvídate de los primeros 70km, son sólo el calentamiento.
- Yo monté un plato de 32 y creo que hubiese ido mejor con un plato de 30 dientes, al fin y al cabo, en las bajadas apenas pedaleas y hay rampas donde poder guardar energías es clave.
- Doble sin duda. Una buena doble de XC te saldrá a cuenta después de tantas horas sobre el sillín. De hecho, hoy en día, casi siempre sale a cuenta llevarla a poco biker que sea el recorrido.
La carrera por ser finisher empieza en el kilómetro 70
Todas esas respuestas tienen su versión larga de respuesta. Tras arrancar metido en el grupo delantero hasta el inicio de la primera subida larga, rápidamente vi que ese ritmo no era para que yo hiciese 8, 9, 10 o las horas que finalmente necesitase para acabar. Al final, en una prueba de esta dimensión se pierde en buena parte el factor de competición puro y duro. O como mínimo es lo mejor que puedes hacer. La competición va más contra ti mismo que contra el resto de bikers. Cuando llevas 100 kilómetros, con 5.000 metros de desnivel ya realizados y vas pedaleando en una subida del 20% con el desarrollo más suave que eres capaz de mover recuerdas los apretones de las dos primeras horas de carrera con una mezcla media sonrisa o con cada de tonto. Seguramente no hacía falta haberlos hecho. La muestra de la mejor táctica para la prueba la vi en bikers como Ramón Sagués que me adelantaba poco antes de mi retirada y remontaba mucho en los 30 kilómetros finales para entrar en la 9ª plaza. O en otros bikers como Josep Termens (20º y ya conocedor de la carrera) o Jaume Ribosa, todos compitiendo de menos a más en la forma más sensata de intentar afrontar este reto.
En mi caso, a partir del kilómetro 80 empecé a tener problemas con una rodilla que siempre he tenido algo tocada y en el kilómetro 115 el dolor ya era demasiado. Tantas horas de MTB no dejan pasar ningún problema, por pequeño que sea. Por mucho que llevase el chip de acabar como fuese, al final, es solo una carrera de bicicletas y esta vez tocó priorizar la salud y volverse a casa con las orejas gachas.
Huber, el ganador, apenas superó los 16km/h de media. Haz números…
Sobre el material, yo no tendría dudas. Si tienes una doble de XC en buen peso tira de ella. Hay tramos de bajada más complicados de lo que imaginas si vienes con el chip de los recorridos de bike-maraton, habitualmente más fáciles, de nuestro país. No es una carrera solo por pistas y asfalto, aunque será donde más ruedes. El plato de 32 dientes se me hizo pesado en alguna subida especialmente inclinada y aquí, gastar fuerzas tirando de un desarrollo duro no vale la pena. Cuenta que el ganador, Urs Huber, que ya le metió más de un cuarto de hora al 4º clasificado, hizo la carrera a 16km/h de media. Haz números…
La organización de la prueba es muy buena. No es fácil cubrir un trazado de estas dimensiones y en un terreno tan exigente. Además, Megeve y los alrededores son un auténtico paraíso para los amantes de la montaña. La MB Race no es solo una carrera, es un festival de MTB. El domingo hay más carreras de distancias más accesibles. Hay pruebas de enduro, conciertos, carreras para niños y multitud de actividades. Una carrera que es una excusa perfecta para pasar unos días de desconexión biker. Eso sí, resérvate algunas jornadas tras la carrera para recuperar de una carrera que, si logras finalizar, te dejará fundido, sea cual sea el ritmo que lleves.