La historia de uno de los mayores desafíos del MTB, la Transpyr Coast to Coast

42 bikers hicieron historia formando parte del primer pelotón de bikers de la Transpyr Coast to Coast

2010 marca la puesta de largo de un evento que, logísticamente, es un reto mayúsculo. Diseñar un recorrido de unos 800 km que se adentra en la alta montaña constantemente. Que atraviesa zonas de difícil acceso. Que circula por lugares poco habitados. Que se disputa en línea en todas sus jornadas. Era una prueba que parecía plantearse como el más difícil todavía. Sus creadores venían con las ideas claras tras ver como las pruebas por etapas empezaban a coger protagonismo. Pero cruzar los Pirineos eran palabras mayores. 42 bikers pueden decir que lo lograron en esa edición inaugural. También desde la primera edición se quiso dar cabida al mayor número de opciones posibles para formar parte de este desafío, dentro de la propia dificultad que implica un recorrido así. Desde esa primera edición se lanzaron versiones de 4 etapas que permitían tomar el pulso al evento para, quien sabe, atreverse con la prueba completa en el futuro. La búsqueda de una amplia variedad de opciones de participación ha sido siempre una de las premisas de la Transpyr Coast to Coast. Acercar el reto de ir del mar Mediterráneo al mar Cantábrico al mayor número de deportistas posibles. Esta era la primera etapa de la historia de la Transpyr, de Roses a Camprodon:

En la 2ª edición ya hubo el triple de finishers que en la 1ª

En 2011 la Transpyr veía como su número de finishers prácticamente se triplicaba. Estaba claro, la prueba tenía gancho y había atraído a los bikers más aventureros. Estas primeras ediciones mantenían un formato de competición en las que se cronometraba toda la etapa completa. Las más de 45 horas que necesitó el equipo vencedor de esta 2ª edición hablan por si solas del nivel de exigencia de este desafío. La foto de familia de todos los finishers empezaba a hacerse emblemática.

En 3 años la Transpyr Coast to Coast ya era una prueba marcadamente internacional

Ya en su tercera edición la Transpyr mostraba el atractivo internacional que tenía. 15 países estaban representados entre los 220 bikers que se atrevían con la prueba en 2012. Aunque la gran novedad de ese 2012 era, sin duda, la llegada de Transpyr Road. La evolución de la Transpyr nacida para bikers que daba espacio a los ciclistas de carretera. En esa primera toma de contacto se propuso un trazado de 4 etapas que iba de Aínsa a San Sebastián cubriendo 500 km y más de 9.000 metros de desnivel tras superar 24 puertos de montaña. El inicio de una variante que se ha mantenido de forma exitosa hasta nuestros días.

La 2ª edición de la Transpyr Road planteaba un trazado de 1.100 km

Si algo ha caracterizado a la Transpyr desde su inicio es el cuidado a los participantes y la idea clara de lograr un crecimiento sostenible. En 2013 eran 300 los bikers que tomaban parte en la prueba mientras que la Transpyr Road se consolidaba pasando a un trazado que incluía 48 puertos de montaña y, ahora sí, se unía a la filosofía de unir los dos mares. Un recorrido de 1.100 kilómetros con 20.000 metros de desnivel sería el escenario de esta primera Transpyr Road que cruzaría todos los Pirineos. Con ella llegaba un formato de competición que acabaría instaurándose también en BTT. El de los tramos cronometrados. De esos 1.100 km 276 serían cronometrados, una forma de unir competición y disfrute.

La carrera atraía a bikers de reconocido prestigio y seguía su escalada internacional

2014 era el año de la completa internacionalización de la participación. Con 350 bikers habían 24 países representados. Estaba claro que el atractivo de este reto era muy grande en el extranjero. En esta edición el formato pasaba de 8 a 7 días, haciendo más fácil la organización a los participantes y algo más accesible, dentro de las dimensiones de este desafío, el reto de ser finishers. Con la prueba consolidada los nombres de corredores destacados empezaron a sonar en las primeras plazas. Es el caso de un joven Roberto Bou que, en esta edición junto a Israel Núñez, se llevarían la victoria en la prueba. Aún con todo, la Transpyr Coast to Coast no perdía su enfoque de superación personal, más allá de la competición. A estas alturas la prueba ya había alcanzado una enorme dimensión como lo atesoran alguno de sus números organizativos: 100 personas de organización, 20 vehículos para la prueba o 122 toneladas de material de los participantes transportado eran datos que ponían en relieve la magnitud logística tras la Transpyr Coast to Coast.

Una edición donde más de la mitad de los bikers eran extranjeros

Una prueba internacional como pocas. La Transpyr Coast to Coast 2015 logró un hito que pocas carreras pueden alcanzar. El 53% de sus participantes eran extranjeros, representando a 25 países. Unas cifras que demuestran el enorme poder de atracción que la propuesta de la prueba causa por todo el mundo. El desafío de cruzar los Pirineos en bicicleta se plantea, para muchos, como un desafío de vida. Una actividad que recordarán para siempre. Lejos de ser una simple carrera de mountain bike, La versión de carretera se consolidaba y unos recorridos que resultan tan atractivos y espectaculares como la versión de MTB. De nuevo nombres conocidos de la competición, como Antonio Ortiz, Pau Zamora, Oriol Colomé o Diego Tamayo, dando lustre a las primeras posiciones de la prueba.

La revista National Geographic reconocía la carrera como una de las mejores pruebas ciclistas

De cara a 2016, las inscripciones se agotaron a falta de 2 meses para el inicio de la carrera. Hay que tener en cuenta que, desde Transpyr Coast to Coast siempre han apostado por un nivel de participación sostenible, lejos de la masificación y primando el cuidado a los participantes. Además, conocedores del terreno como nadie, saben que no es una prueba sencilla de organizar y por ello la apuesta por una cantidad de corredores reducida siempre ha sido prioritaria. Ese mismo año la revista National Geographic incluía la carrera como una de las 10 mejores pruebas ciclistas del mundo. No era más que otra señal que mostraba como la idea de la Transpyr Coast to Coast calaba en el público como un reto mayúsculo. Este 2016 se abría la posibilidad de participación a nivel individual, eso sí, siempre acompañados de un sistema de geoposicionamiento.

Las e-bikes se unían a la Transpyr Coast to Coast para dar una nueva opción de participación

Para 2017 la Transpyr Coast to Coast seguía ampliando las opciones de participación. La llegada de las e-bikes al mercado con fuerza tenía que verse reflejada en la prueba y en ese año la organización añadió esa categoría a la carrera. No acababan ahí las novedades en cuanto a formas de participación. También se estrenaba la categoría por relevos, una forma de compartir el reto de cruzar los Pirineos con un grupo de amigos, reducir la dureza de la prueba y repartirse la distancia para que todos los integrantes de cada equipo probasen el auténtico terreno pirenaico. Con ello, esa Transpyr Coast to Coast 2017 fue la que ofrecía más posibilidades de afrontar la prueba de toda su historia.

Un 15% de participación femenina, un dato impresionante

Y llegamos a 2018, la edición del año pasado. Todo lo aprendido durante años plasmado en una prueba que seguía el espíritu inicial de aventura de sus inicios y lo combinaba con multitud de posibilidades de participación. Además, sin perder el atractivo internacional y logrando una participación femenina espectacular, cifrada en un 15% de los participantes. El doble que la mayoría de pruebas por etapas similares. Con la fórmula de competición por tramos dentro de los recorridos de cada etapa, la Transpyr Coast to Coast ofrecía momentos de desconexión y relax incluso a aquellos que venían a buscar la vertiente más competitiva de la prueba.

Este 2019 la Transpyr Coast to Coast llega a su 10ª edición

La Transpyr Coast to Coast celebrará este 2019 su 10º aniversario. Lo hará como una carrera veterana que fue capaz de convertir en realidad una prueba que parecía imposible. Una carrera con una excepcional participación internacional y un recorrido de una dimensión espectacular para una prueba de mountain bike. Una alta participación femenina, posibilidad de competir en diferentes formatos y el propio desafío de cruzar los Pirineos hacen que siga siendo una de las carreras más deseadas por bikers de todo el planeta. Una experiencia única en el mountain bike. 7 días para descubrir, a golpe de pedal, las montañas y paisajes más emblemáticos de esta privilegiada región. Y todo ello, al lado de casa para nosotros. Aunque sea una vez en la vida, todos los bikers debería intentar afrontar el gran reto de los Pirineos, la Transpyr Coast to Coast.

FOTOS Fotoesportbcn, Joolze Dymond, Igor Schiffris, Marc Roura, Bernat Bonaventura i Stéphane Van Wonterghem.