«El veredicto se ha dictado sin escuchar mi versión personal y sin permitir que me defienda»
Ha vuelto a hablar después de permanecer en silencio desde junio de 2018. Tras publicarse la sanción propuesta de 4 años por dopaje con testosterona para Helen Grobert, la propia corredora ha dado su punto de vista sobre la situación de su caso en el periódico regional alemán Südkurier. Explica que «el veredicto se ha dictado sin escuchar mi versión personal y sin permitir que me defienda. Las alegaciones con brutales y no tienen ninguna base«. De hecho todo el proceso que ha seguido su caso está teniendo unos tiempos y formas que poco bien hacen a los servicios antidopaje. Precisamente esa falta de transparencia en cómo se notifican las sanciones, en qué momento se hacen públicas (si es que llegan a hacerse públicas) y los tempos a la hora de obtener un veredicto no paran de desgastar cada vez más la supuesta parcialidad de los organismos antidoping.
Continúa tras los patrocinadores
Apunta a irregularidades en el tratamiento de las muestras y falta de información del proceso
Las declaraciones de Helen Grobert a ese periódico ofrecen una versión del proceso de control antidopaje donde fue descubierta la presencia de testosterona repleta de acciones fuera de la norma. La parte que sabemos por ahora por los hechos acontecidos es que a Helen Grobert se le practicó un control antidoping el 17 de Noviembre de 2017, es decir, fuera de competición y fuera de la temporada de carreras. Se trató de un control únicamente de orina. A partir de ahí se une la información que la propia Grobert da a conocer. De entrada, asegura que la primera muestra no dio positivo y no se encontró testosterona en ella y que no fue suspendida temporalmente hasta el 24 de marzo de 2018, poco antes de una prueba de la Copa de Francia en Marsella.
Según su declaración en enero de 2018 su doctor realizó una petición para poder administrarse una pomada que contenía testosterona para tratar una herida que arrastraba de hacía tiempo. Pero le fue denegada. De este hecho también destaca que la solicitud se realiza en una fecha posterior a la fecha del control, que fue en noviembre de 2017. «La pomada tiene 0,05 gramos de testosterona. Rechazaron la solicitud. Después de rechazarla recibí la información de que iban a dividir mi orina entre la muestra A y la B porque no había suficiente orina en el recipiente de la muestra A» explica Grobert. Y explica más irregularidades. «Me informaron que se encontró testosterona en la orina. Di 110 mililitros de orina. 80 ml en la muestra A y 30 en la muestra B. A pesar de hacer varias solicitudes no me proporcionaron mediciones o documentación del tratamiento de la muestra A. En cambio me dieron el resultado de la muestra B. Al final incluso dijeron que yo nunca había presentado ninguna solicitud.»
Continúa tras los patrocinadores