El barro y el agua cambiaron un recorrido de flow por uno de supervivencia
¡Épica! Esa es la palabra para definir la mañana de carreras que se vivió ayer en la segunda prueba de las GREEN SERIES de Abadiño. Dos días de intensa lluvia como los de antaño han servido para transformar un circuito de puro “flow” en un recorrido sólo apto para anfibios con capacidad para sobreponerse a un radical cambio de planes. Los senderos se convirtieron en riachuelos, las vaguadas en pequeñas piscinas, las campas eran “velcro” y las raíces muelles. Unas condiciones perfectas para veteranos e interesantes para quien tenga aún mucho que aprender. Eso sí, en el circuito de Muntsaratz casi nadie faltó a la cita, incluidos prácticamente todos los dorsales repartidos en las categorías inferiores, cada vez más numerosos en el campeonato.
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