Os dejamos con las aventuras y desventuras de nuestro equipo en la 3º etapa de la Andalucía Bike Race y la continuación de su manual de supervivencia. Mientras en unos pocos minutos arranca la 4ª etapa, esperamos que disfrutéis con su relato:
Hoy por fin las cosas han ido mejor. Vaya, al menos la posición final ha sido mejor
que en las dos primeras etapas, cruzando el arco de meta en 23ª posición por equipos.
Y decimos que las cosas han ido mejor porqué al menos no hemos explosionado cómo
hizo Umbert en las pasadas etapas. Hemos logrado mantener un buen ritmo durante
toda la etapa a pesar de arrancar muy flojos en la salida. Hemos ido de menos a más
hasta que Ramon ha pinchado, pero gracias a sus manos de currante ha podido reparar
rápidamente y pronto ha vuelto a coger a Umbert.
La etapa de hoy se ha hecho muy dura por varios motivos. Por un lado estaba la
climatología, verdadero frío invernal acompañado a veces de gélido aire, hacían
que notases el frío dentro los huesos (si el Garmin no nos ha engañado, la media de
temperatura durante la etapa ha ido de 8 grados). Si a esto le sumamos los múltiples ríos
que hemos tenido que cruzar, dan por resultado la sensación de no tener piernas; más
bien la de tener algo raro por ahí abajo que sabes que está y se mueve pero que no notas
(quizás a algunos les parecen dos palos de madera, a otros dos trozos de hierro… quien
sabe, lo que sí podemos asegurar es una sensibilidad 0).
Por otro lado estaba el barro, mucho barro. Un barro que, cómo cada día, nos ha teñido
de un marrón y ha sido de gran ayuda a la transmisión de nuestra bicicleta.
Gracias a las bajas temperaturas, este barro estaba congelado en varios puntos del
circuito, podéis imaginaros lo divertido que es andar por encima suyo (de hecho con el
barro congelado no hay problema, el problema es cuándo pasas por encima del agua o
las piedras congeladas, autenticas pistas de patinage artístico).
Sin duda alguna, lo que más nos ha impresionado de la etapa ha sido su recorrido. Es
extraño, porqué la ABR está consiguiendo algo muy difícil; que la belleza de las etapas
se vaya incrementando día tras día. Los senderos de bajada nos han deleitado de forma
excepcional: el descenso hacía Zuheros se ha llevado el primer puesto.
Pero lo que realmente nos ha dejado boquiabiertos han sido las vistas panorámicas de
las cuales hemos podido disfrutar a lo largo de varias subidas y bajadas de la etapa.
Los pueblos típicamente andaluces que hemos cruzado tampoco nos han dejado
indiferentes; el blanco de sus casas, los ánimos de los niños de sus escuelas y sus
habitantes han hecho que pasar por sus estrechas y rústicas calles haya sido un placer.
Y eso ha sido todo por hoy, mañana más y si se puede mejor, y si no… pues que se le va
a hacer. Nos encontramos ya en el ecuador de la prueba y de momento las sensaciones
no han sido las mejores, eso sí, disfrutar, estamos disfrutando cómo niños.
Os recomendamos que tan pronto cómo podéis, os inscribáis en la próxima edición de la
ABR, una experiencia que se tiene que vivir al menos una vez en la vida.
Os dejamos con una pequeña continuación del manual básico de supervivencia,
prometemos más entregas… Hasta mañana!
MANUAL BÁSICO DE SUPERVIVENCIA DE LA ABR (II)
DURANTE LA ABR
Es importante conocer nuestro nivel y nuestras posibilidades. Seguramente si nos
metemos a rueda de Lakata (si conseguimos aguantarle la rueda ni que sean dos
minutos) pagaremos cara nuestra osadía unos kilómetros más adelante.
Para evitar un desfallecimiento son importantes los dos puntos que vienen a
continuación.
La dosificación. Es muy interesante que las parejas estén bien compenetradas, el que
esté más fuerte marca el ritmo, está claro, pero debe ser un ritmo en el que el más flojo
vaya más o menos cómodo, ya que se trata de una carrera con largas etapas y seis días
de competición, con lo cual si exprimimos demasiado el cuerpo durante los primeros
días o km, seguro que lo pagaremos más adelante. En nuestro caso, han pasado 2 días
hasta que no nos hemos dado cuenta de ello. Hoy hemos salido mucho más tranquilos,
a un ritmo medio alto para acabar más enteros, y la verdad es que nos ha dado más
resultado.
La hidratación/nutrición. Sin duda saber dosificar nuestras fuerzas será de gran ayuda
para acabar un poco más enteros las etapas, pero si no se bebe y no se come… vamos
mal. En nuestro afán por aprender y descubrir, hemos llegado a la conclusión que hay,
al menos, dos tipos de desfallecimientos, Umbert nos los cuenta de primera mano a
continuación.
“Esta ABR me está siendo de gran ayuda, en la primera etapa recordé lo que era una
pájara. Básicamente se produce cuando no has comido y bebido lo suficiente, sus
síntomas son claros: tienes hambre; estás hasta las pelotas de dar pedales; y, por más
que lo intentas no avanzas.
Luego están los avestruces. Los avestruces son ya un nivel superior de fatiga. Se
producen por lo mismo que las pájaras, pero se le suma también un esfuerzo realizado
durante un buen rato a un ritmo por encima de nuestras posibilidades.
Podemos detectar un avestruz cuándo: Sólo piensas en bajarte de la bici, ponerte
bajo un árbol (en nuestro caso en pleno sol) y descansar; visualizas comida dentro
de tu cabeza (este es el motivo real por el cual sigues pedaleando); cierras los ojos y
obviamente lo ves negro, pero los vuelves a abrir y lo sigues viendo negro; no escuchas
a tus compañeros que están detrás de ti y te piden paso; bajas las trialeras sentado;
tu compañero está a punto sufrir un ataque de nervios al ver que vais a 7km/h en los
llanos; llegas a meta y no paras de comer en dos horas.
Ahora más o menos ya sabréis lo que estáis sufriendo, os recomiendo que bebéis y
comáis mucho, llenaros los bolsillos de comida, vale más que sobre que no que nos
falte.”
