«Nosotros, los organizadores, estamos enormemente agradecidos por haber podido disfrutar de las condiciones necesarias para hacer un proyecto tan ambicioso como la Trans-Provence durante tantos año. Hay mucha gente a la que agradecer su esfuerzo, todos los que alguna vez han tenido algo que ver con su promoción, organización o financiación. Vosotros sabéis quienes sois y vuestra contribución nunca será olvidada
Sabemos que esta noticia será un shock para mucha gente, pero es importante destacar lo siguiente: sí, ha sido divertido, pero la Trans-Provence no es nada comparado con la importancia del tipo de mountain bike que la prueba quería promocionar y divulgar. El mountain bike es más grande que cualquier evento o competición, y el mountain bike, como nosotros lo vemos, es un gran deporte en la actualidad.
Así que ser buenos con todo el mundo, montar en vuestras bicis y quizás nos veamos en alguna salida o tomando una cerveza en algún lugar en el futuro.»
Son las palabras de Ash, Melissa, Tega y Kieran, principales artífices de la carrera. Lo que no queda claro si es un adiós definitivo o un hasta pronto. Habrá que ver qué supone para la imagen del enduro el adiós de una de sus pruebas más emblemáticas y si es sintomático de un bajón en la popularidad de esta disciplina o un simple hecho puntual.
En nuestro país, la Trans-Nomad, a pesar de luchar cada año contra el mal tiempo, goza de una excelente imagen y una buena progresión desde su inicio. Es la única prueba por etapas de enduro que hay en España y, con mucha diferencia, el evento de enduro con una imagen más cuidada de cuantos se celebran con regularidad aquí. El año que viene, el retorno de las Enduro World Series a Zona Zero volverá a situar a la disciplina en el centro mediático del MTB.