El Split Pivot se caracteriza por su punto de giro justo en el eje de la rueda trasera. Gracias a él se independizan las fuerzas de frenada y aceleración respecto a la compresión de la suspensión. Esto tiene muchos puntos fuertes en bicicletas de largo recorrido, pero también en modelos de 100mm como este, donde podemos sacar partido a esa independencia entre las fuerzas a la hora de subir por terreno abrupto sentados pedaleando mientras la rueda traseras dibuja el terreno sin interferencias. Este es, de hecho, uno de los rasgos más conseguidos de la BH Lynx Race.
Por su diseño también se logra una gran rigidez, algo que acompaña el carácter del resto de la estructura del cuadro y que es un punto muy apreciado en el XC.
BH Lynx Carbon Race
Geometría equilibrada
En cuanto a sus medidas se ha aprovechado buena parte de la experiencia adquirida con el modelo rígido de la casa. Quizás la medida más llamativa sean sus cortas vainas de sólo 425mm, un dato que habla de las ventajas que ha aportado el Boost a la hora de diseñar doble suspensión 29er. Se gana espacio para la rueda trasera sin perder rigidez y se posibilita tener unas vainas más cortas, con distancias que se acercan a las de las ya extintas 26″. Sobre el terreno eso supone agilidad de movimientos y buena tracción, además de una ayuda a la hora de distribuir el peso, especialmente subiendo.
Anclaje del amortiguador
El ángulo de dirección está en unos predecibles 68,5º, en la línea con la nueva tendencia de este tipo de bicicletas, pensadas cada día más para afrontar terreno complicado. El XC y el bike-maraton han cambiado, y ahora las bicicletas deben ser predecibles y estar preparadas para encarar senderos exigentes.
La longitud de la pipa, de 110mm para la talla M, habla también sobre el carácter polivalente que se le ha querido dar a esta Lynx Race, alejándola de extremismos y del perfil más radical de corredor cross-country con posición ultra baja del manillar.
Pipa de dirección, lejos de extremismos XC
Análisis de componentes
La gama BH Lynx Race Carbon tiene 4 montajes diferentes. El que ha pasado por nuestras manos es el único con doble plato. Eso sí, es el mejor doble plato posible gracias al uso del Shimano XT Di2 y su tecnología SyncroShift. Gracias a ella podemos manejar la transmisión con un sólo pulsador, configurar cuando queremos que se ejecute el cambio de plato entre otros muchos aspectos.
Con su elección disfrutamos de una transmisión sin grandes saltos entre cada desarrollo posible y le otorga a la BH Lynx Race Carbon un carácter más polivalente y más orientado a las largas rutas y pruebas por etapas que no al XC más puro. El único punto negativo de su uso es el precio que debemos pagar en la báscula en forma de gramos adicionales respecto a un monoplato.
El único problema de sus ruedas de carbono, las válvulas cortas
El otro elemento destacado de su montaje son las ruedas BH Evo Carbon. Acertadamente cuentan con una llanta de ancho de 25mm, a la cual podemos sacar mucho rendimiento con neumáticos de 2,2″ o 2,3″. En este caso los Michelin Wild Race´R de 2.1″ no aprovechan ese rasgo para añadir un plus de comodidad y seguridad trazando. De hecho, el dibujo de esos neumáticos no nos acabó de convencer en terreno seco y sólo nos aportó seguridad en los días que rodamos sobre zonas húmedas pero sin excesivo barro. Volviendo a las ruedas, su llanta es de perfil alto y da una estética rompedora a la bicicleta, pero necesita de unas válvulas tubeless más largas que las que monta de serie o tendremos más de un susto a la hora de intentar hinchar las ruedas. En marcha son rígidas y transmiten muy bien la fuerza que ejercemos en los pedales. Son una ayuda importante en las aceleraciones y un primer punto de filtrado de impactos.
Del resto, las suspensiones Fox, con horquilla 32 SC Performance y amortiguador Float Performance funcionan de maravilla y ya las hemos podido poner a prueba en varios modelos anteriormente. Lo que no está a la altura es el mando de bloqueo remoto desde el manillar, con un tacto durísimo y que da muchos problemas con el retorno a poco que se ensucia. Un punto negro para unas suspensiones que están marcando la pauta en el XC de este 2017, especialmente la horquilla.
El mando de bloqueo de Fox, duro de tacto. Y el pequeño caos de cableado
De los frenos Shimano XT poco se puede decir que no sepamos. Frenada potente, fiable y facilidad de ajuste. Todo lo que se le puede pedir a unos frenos de XC.
BH aporta la mayoría de componentes restantes como tija, manillar, puños, potencia o dirección. Todos correctos en su función.
El cassette montado es un 11-40 en combinación con platos 26-36.
El doble plato electrónico XT Di2 saca a relucir cualidades con barro. Cambios siempre precisos
En marcha
Basta subirse y pedalear con ella en los primeros metros sobre asfalto para darse cuenta que la eficacia de pedaleo es el punto fuerte de la BH Lynx Race Carbon. Con el SAG correcto para nuestro peso apenas notamos interferencias que molesten cuando apretamos sobre los pedales. Esto hace que sea posible rodar con la suspensión abierta en la mayor parte de zonas por las que transitemos. A no ser que seamos unos rally-men empedernidos el uso del bloqueo quedará limitado al asfalto y zonas de pistas lisas. Algo que también es una suerte puesto que el mando de bloqueo Fox doble (actúa sobre amortiguador y horquilla a la vez) tiene un tacto muy duro.
Lo que insinuaba su geometría se percibe en marcha. La parte trasera tan compacta ayuda a sentir la bicicleta ágil a baja velocidad y el ángulo de dirección nos aporta confianza cuando vamos rápidos. Es el compromiso ideal entre ambos extremos dentro del perfil de uso XC/bike-maraton. Aún así, como es de esperar, donde realmente la disfrutaremos será en el terreno técnico y no en las pistas.
El cuidado sistema de cableado
A la hora de bajar y una vez vencido el punto de SAG, la primera parte del recorrido es bastante sensible para lo que suele ser una doble de este tipo. Por suerte el tramo final del recorrido tiende a endurecerse y tampoco percibimos excesivos topes indeseados. Donde más salen a relucir las virtudes del Split Pivot es subiendo por terreno roto. Suspensión y pedaleo apenas interfieren y la rueda trasera dibuja el terreno muy bien.
Para los más puristas los 11,2kg de peso que arrojó en nuestra báscula será un dato negativo, pero es el precio a pagar por la polivalencia que otorga un doble plato.
En resumen
La BH Lynx Race Carbon es una muestra de todo lo que BH ha aprendido en sus años de historia. Lo mejor de su tratamiento del carbono y lo mejor de su experiencia en sistemas de suspensión plasmado en un modelo de XC. Los acabados son de primera, la geometría hace que sea un modelo más polivalente que no radical de XC y el comportamiento de la suspensión hará que usemos el bloqueo en contadas ocasiones. Destaca por sus cualidades a la hora de pedalear así como por la independencia entre el propio pedaleo y la suspensión. A nivel de rigidez no se le puede pedir más. Las ruedas de carbono con llanta ancha abren la posibilidad de montar neumáticos de mayor balón y ganar aún más en comodidad y agarre. También, y aunque es poco probable que suceda, podemos montarle ruedas de 27,5″ Plus. Por el montaje escogido penaliza un poco en cuanto a peso pero abre la puerta a muchos usuarios que no se atreven con el monoplato.
Además con BH tenemos garantía de por vida y la opción de financiación en su compra online.