El Grand Raid (durante muchos años conocida popularmente como la Cristalp) es una de las pruebas más emblemáticas del bike-maraton. Lo es por su historia, recorrido, dureza y paisajes.
Un trazado que apenas ha variado a lo largo de 27 ediciones y que, en su versión más dura y exigente, recorre 125km entre las poblaciones de Verbier y Grimentz, con un terrorífico desnivel positivo acumulado de 5.025 metros.
Además incluye la monstruosa subida al Pas de Lona, el pico más alto del perfil y el último obstáculo antes de la larga y espectacular bajada final. Esta subida, que se corona a 2.787m de altitud, es famosa porque los últimos 300 metros de desnivel se superan cargando la bicicleta al hombro en una de las imágenes más conocidas del Grand Raid.