En marcha con la Orbea Alma OMX
Se ha perdido esa sensación de agilidad extrema en la dirección subiendo a cambio de ganar seguridad y estabilidad bajando.
Hemos podido probar la Orbea Alma M-Team, el segundo mejor modelo de la gama tras la Alma M-LTD. En marcha la sensación de rigidez es lo primero que llama la atención. El anterior modelo ya era rígido y esta nueva Alma no ha perdido comba en ese apartado a pesar de la reducción de peso. Lo que sí cambia es nuestra posición en la bicicleta con la nueva geometría. Ahora sí, ya completamente alejada del feeling old school que aún tenía la Alma previa. De hecho, los 68º de dirección pasan a estar en el lado «progresivo» de las nuevas rígidas. En las bicicletas rígidas de nueva creación no hay una tendencia tan clara a sumarse a los ángulos de dirección relajados, en parte porque algunas marcas consideran que los usuarios de bicicletas rígidas lo son en parte por la sensación de agilidad y rapidez de dirección que tienen los modelos. Por su feeling old school y marcadamente racing. Efectivamente, sobre el terreno los 68º se notan. Un pelín menos de agilidad en las subidas por pistas, como mínimo en cuanto a sensación de conducción, pero un poco más de seguridad y confianza en las bajadas rápidas.
Las ruedas con llanta de 30 mm y neumáticos de 2,35″ son especialmente vitales en una rígida a la hora de darle un plus de comodidad y agarre
Obviamente donde más disfrutamos de la Orbea Alma fue en las pistas o en los senderos lisos. En este último punto es una gozada poder rodar con una bicicleta que aprovecha hasta el último gramo de nuestra energía y que transmite velocidad a cada golpe de pedal. Las cosas cambian a medida que el terreno se complica con piedras, raíces o baches. La posible flexión del carbono para mejorar la comodidad es muy complicada de percibir en marcha y lo que sí se aprecia, y mucho, son las ruedas con neumáticos de 2,35″ que, en combinación con las llantas de 30 mm de ancho interno, nos dan un punto donde poder filtrar irregularidades del terreno de forma clara. Fiel a las sensaciones que buscas y esperas de una rígida, la Orbea Alma es una gozada en ascensiones por pista. Ponerse de pie sobre los pedales muestra la rigidez del cuadro a todos los niveles. Es su mejor terreno.
Por lo demás, el guía cadenas cumple con solvencia y está muy bien integrado y el bloqueo de la dirección es un añadido que deberían tener todas las bicicletas de gama alta.