Test: Lapierre XR 729, dentro de la nueva generación del XC
La receta de la nueva geometría unida a un excelente sistema de suspensión y un cuadro rígido. Una bicicleta lista para cualquier desafío nada más sacarla de la caja
Lapierre es una marca emblemática. No obstantes el año pasado celebraron su 70º aniversario. Durante todo este tiempo la firma francesa ha sido testigo de la constantes evolución del ciclismo y, especialmente, del MTB.
En Lapierre tienen una amplia historia de confianza en las dobles de carácter XC, como lo demuestra los exitosos modelos Lapierre X-Control que triunfaron en el país vecino en el inicio de los años 2000.
Este año ha supuesto la explosión del segmento XC con la llegada de numerosos modelos de doble suspensión al sector, que está más vivo que nunca. Las pruebas por etapas, los trazados más técnicos del XC o simplemente los bikers que buscan pasar más tiempo pedaleando, por lugares más exigentes y con menor fatiga. Los usuarios buscan estas bicicletas capaces de ayudarnos a devorar kilómetros como nunca antes. La nueva gama Lapierre XR es la respuesta de la firma francesa a este segmento en expansión.
Lapierre XR 729
Continúa tras los patrocinadores
Totalmente nueva para este 2017. Así es la Lapierre XR. Hemos probado el modelo XR 729, el segundo mejor de una gama de 4 modelos. Además, la Lapierre XR 729 es la única en la que podemos escoger entre un montaje con suspensiones tradicionales o uno con las suspensión inteligente e:i. En nuestro caso hemos tenido el modelo más convencional apartado de la electrónica.
Esta nueva versión ha surgido buscando seguir las reglas del nuevo XC. Subir de forma potente con un sistema de suspensión que permita aprovechar nuestra energía y bajar de forma holgada, con un seguridad que se aproxime al máximo al trail. Todo ello con la complicación adicional de los modelos de XC, lograr un peso contenido, vital en la dinámica de conducción de una bici de este tipo.
Todo en el cuadro de la Lapierre XR 729 es de carbono. Triángulo delantero, basculante y bieleta. Según los test de la marca es el cuadro de XC doble más rígido que han tenido jamás. La evolución en el tratamiento del carbono y la distribución de las fibras se está dejando notar mucho en todos los modelos de la última hornada de MTB en la mayoría de marcas. Ello, unido a las bondades del Boost explican esa mejora en rigidez. Es 29″ en todas las tallas y anuncia un peso de 1.800 gramos para el cuadro sin amortiguador.
Lapierre XR 729
Visualmente han logrado que la XR tenga un carácter propio gracias a las formas de su tubo superior y cómo el amortiguador queda abrazado por dos «tubos» de carbono. Un diseño que otorga carácter al modelo, algo importante en un mercado cada día más lleno de opciones y con diseños más parecidos.
La zona que más carácter aporta al diseño de la Lapierre XR 729
El cuadro está totalmente preparado para doble plato (la nuestra montaba un 2×11) con salida de cable para desviador delantero Side Swing de Shimano. Se ha pensado mucho en el futuro electrónico del MTB. Bajo el nombre de Trap Door hay una ventana al final del tubo diagonal que permite instalar la batería de un sistema Di2 o del propio sistema de suspensión e:i Shock Auto en un lugar totalmente oculto y a salvo de los elementos externos. Además de situar el peso adicional o más centrado y bajo posible, clave en lograr una buena estabilidad, reparto de pesos y facilidad para mover la bicicleta. No falta el cableado interno, preparado para albergar una tija telescópica.
Trap Door
Si hablamos de sus sistema de suspensión hablamos del OST+. Un concepto introducido en 2007 y que ha traído muchos éxitos en sus modelos de enduro, ahora exportado al XC, previo paso por las adaptaciones necesarias para esta modalidad. En concepto es muy similar a un VPP y en la configuración establecida para la XR nos encontramos con un funcionamiento duro hasta el punto de SAG, para pasar a ser más suave en ese momento y sacar partido al tramo intermedio del recorrido. Un comportamiento que encaja con los gustos de los practicantes del XC. Ofrece 100mm de recorrido.
El sistema de suspensión ha sido toda una sorpresa
Eso sí, no puede entrar en el grupo de los cuadros de doble suspensión que admiten dos portabidones, algo que según el perfil de usuario llega a ser un factor decisivo en la compra.
La receta de la nueva geometría
No os vamos a explicar nada nuevo que no hayamos visto en otros modelos del estilo presentados recientemente. La Lapierre XR 729 toma buena nota de los avances en la geometría del MTB y su aplicación, suavizada, al XC. Así tenemos vainas más cortas gracias al Boost, aunque no especialmente cortas en comparación con otros modelos (441mm) pero sí 5mm más cortas que el modelo anterior. El reach a aumentado en 20mm, y esos 20mm se han quitado de la potencia, que ahora es más corta. La misma posición de ataque pero con mayor control sobre el tren delantero y mejor agilidad y estabilidad. Todo puntos positivos. El ángulo de sillín es un marcado 74,5º, pensado para pedalear al máximo, y el de dirección un esperado 69º, medida habitual en este tipo de bicicletas (1º menos que la anterior XR).
Lapierre XR 729
Componentes, todo en su sitio
La elección de componentes es cada día mejor y más adecuada a cada modalidad por parte de los fabricantes. Por suerte cada vez es más complicado encontrar lagunas importantes en este aspecto.
La transmisión de la Lapierre XR 729 se confía al grupos Shimano XT y se opta por un doble plato. Dentro de la vorágine de transmisiones monoplato, cada día cuesta más encontrar este tipo de transmisiones en bicicletas orientadas completamente al XC, pero tiene sus ventajas. Gracias al 2×11 (36×26 con cassette 11-40) hemos podido disfrutar de menos salto de desarrollo entre coronas, lo que permite llevar siempre una cadencia adecuada. Además, el desviador de platos jamás había funcionado de forma tan suave y precisa como lo hace el modelo con tiro Side Swing de Shimano. Realmente es el mejor desviador de platos (electrónica aparte) que ha habido en la historia del MTB.