La ausencia de grandes marcas fue el principio del fin para la feria Interbike, así como una demo poco atractiva y costes elevados
Los motivos que han acabado con la feria Interbike 2019 son diversos. Por un lado los evidentes cambios en el formato de este tipo de eventos en los últimos años. La supervivencia de los grandes salones o eventos de expo es cada día más complicada. Las grandes marcas presentan sus productos en eventos propios y dejan, en muchos casos, a estas ferias sin ningún tipo de protagonismo mediático relevante. En el caso de Interbike las fechas, muy tardías en el calendario, también suponían una traba para seguir funcionando. Llegados a la recta final del año las marcas no contaban con presupuesto del año vigente para acudir a este evento. Por otro lado, este tipo de eventos en USA y su escasa relevancia mundial pone de manifiesto que el foco de la industria mundial está en los eventos europeos y, sobre todo, en los asiáticos. Mientras Interbike perece en Asia han surgido nuevos salones donde las marcas están en contacto directo con buena parte de su proveedores y fabricantes. Mientras, en Europa, los eventos participativos atraen a miles de usuarios en la lógica evolución de este tipo de certámenes. Menos centrados en la vertiente profesional y más en el público final. USA no es el mejor lugar para dar vida a una gran feria mundial, salvo para las propias marcas de USA.
En cualquier caso, la caída de Interbike es un hecho destacable, más aún si tenemos en cuenta que arrancó su camino en 1982, en su primera edición en Las Vegas. De hecho, Interbike se movió por varias localizaciones, para la más repetida fue Las Vegas. Este 2018 se celebró en Reno con la intención de reducir los costes y la idea de tener un mejor lugar para realizar una zona de test. Pero la ausencia de grandes marcas fue el punto de no retorno para Interbike. Sin las grandes firmas, las pequeñas tampoco se podían beneficiar de la atracción mediática y de público que éstas mueven, perdiendo interés en exponer.
La mayoría de esas marcas se han decantado por otro evento como la Sea Otter Classic, en el que la participación de público y competiciones de primer nivel ya supone, por si mismo, un polo de atracción para las marcas. De hecho, Sea Otter Classic atraviesa uno de los mejores momentos de su trayectoria.
Interbike intentará volver en 2020, pero con una fórmula totalmente diferente. Un formato más pequeño en el que los costes sean mínimos. En definitiva, intentará asemejarse a las decenas de exposiciones de pequeño tamaño que tienen lugar en USA, con un carácter mucho más local.
