No es un hecho novedoso, bien al contrario, es algo que ya hemos vivido pero que parecía haber quedado atrás en el tiempo. Una deportista posando semidesnuda para una publicación enfocada al público masculino. Un recurso fácil para captar la atención que en la mayoría de los casos hace un flaco favor al colectivo al que pertenece.
Más allá del protagonismo personal y el posible beneficio económico, las formas empleadas para hacer llegar un deporte al público de una publicación generalista no parecen las mejores.
En una época en la que la incorporación de las mujeres al MTB es más importante que nunca, y en el que se pelea por la igualdad de condiciones para el deporte femenino, este tipo de acciones suponen una pérdida de credibilidad a los valores que el colectivo biker femenino busca transmitir.