Presiones, montaje y detalles de la Canyon Aeroad CFR de Mathieu van der Poel en la París Roubaix

Ganó con una demostración histórica

Mathieu van der Poel ha escrito otra página en la historia del ciclismo de carretera. Ayer logró su segunda victoria consecutiva en la mítica París Roubaix. La carrera de los adoquines vivió un dominio aplastante del ciclista neerlandés que ganó con 3 minutos de ventaja y con una demostración de poderío plasmada en una escapada en solitario de 55 km. Lo hizo sobre una Canyon Aeroad CFR que no difiere mucho de la que usa en el resto de competiciones del año.

Continúa tras los patrocinadores

Usó una Canyon Aeroroad CFR con equipamiento muy similar al de otras carreras

Mientras otros ciclistas y equipos modificaban considerablemente sus bicicletas en busca de buscar alguna ventaja sobre el duro adoquín de la París Roubaix, Mathieu van der Poel compitió con una Canyon Aeroad CFR muy similar a la que usa en otras competiciones más «convencionales» que la cita reina de los adoquines. En esta prueba todas las miradas se centran en la elección de neumáticos y presiones. En ese aspecto Mathieu van der Poel es, probablemente, uno de los ciclistas profesionales de carretera con más conocimientos. Se ha formado en el ciclocross, donde la elección de neumáticos y de presiones es toda una ciencia y donde esos aspectos juegan un papel vital en competición.

Neumáticos tubeless de Vittoria de 32 mm con mousse interna

Su Canyon Aeroad CFR, el modelo aero de la marca alemana, iba equipada con ruedas Shimano Dura-Ace de 50 mm de perfil. Sobre ellas montó neumáticos Vittoria Corsa Pro de 32 mm a una presión de 3,46 bar. En la línea de lo que habíamos visto en los entrenamientos previos a la prueba. También ha trascendido que compitió con mousse interna (Vittoria tiene un modelo específico para carretera). La elección se tradujo en una carrera limpia en cuanto a pinchazos. Ni un contratiempo en ese aspecto. Algo que no solo se debe atribuir a la propia elección de material, sino también a la propia pericia de Van der Poel a la hora de escoger sus líneas y, como no, a una pizca de suerte.

Plato grande de 54 dientes y bielas de 172,5 mm

Del resto de la bicicleta, la París Roubaix es un escenario ideal para una transmisión monoplato, pero en el caso de los equipos patrocinados por Shimano no disponen de esa opción. Empleó una transmisión de doble plato con plato grande de 54 dientes y pequeño de 40 dientes. Prácticamente podríamos asegurar que el plato pequeño no se usó en ningún momento de la competición. Atrás empleó el cassette 11-30 y algo curioso de la transmisión es verle emplear bielas de 172,5 mm a pesar de ser un ciclista alto.

Ni doble cinta, ni sillín especial… un bici muy «de serie»

Del resto de la bici, nada especialmente sorprendente. Ni doble cinta del manillar ni sillín específico. Empleó el manillar integrado de Canyon que usa en el resto de carreras. De hecho, incluso compitió sin guantes y, como ha mostrado su pareja en Instagram, llegó a meta sin una sola herida en las manos. Quizás lo más llamativo es el soporte del GPS fabricado en 3D que vende la propia Canyon.

Como veis, una bicicleta bastante normal (al margen de su decoración a juego con su maillot arco iris y sus zapatillas Shimano S-Phyre RC9), equipada con componentes totalmente de serie y suficiente para ganar la París Roubaix con una de las mayores exhibiciones que se recuerdan.