Horquillas invertidas: por qué no dominaron el MTB… y por qué podrían hacerlo ahora
Historia, ventajas, inconvenientes y modelos clave de las horquillas invertidas en MTB, desde sus inicios en los 90 hasta el regreso actual con la nueva Fox Podium.
En el mundo de las motos son lo habitual, pero en MTB no han triunfado a nivel global
En el mundo del MTB, pocas piezas generan tanta conversación como las horquillas invertidas. Su estética inconfundible rompe con la imagen “tradicional” de lo que se supone que debe ser una horquilla de MTB. Aunque en el mundo de las motos son el estándar desde hace décadas, en bicicletas de montaña han tenido una historia mucho más irregular, con momentos de protagonismo, largos periodos en la sombra y un resurgir reciente gracias a lanzamientos como la nueva Fox Podium.
A continuación repasamos su evolución, las claves técnicas detrás de este diseño, sus ventajas, sus problemas históricos y el panorama actual, donde pequeñas y grandes marcas vuelven a apostar por ellas.
Continúa tras los patrocinadores
Marzocchi Shiver
Un repaso histórico: de pioneras a rarezas
La Marzocchi Shiver fue uno de los primeros éxitos en el mundo de las horquillas invertidas
Las horquillas invertidas llegaron al MTB en los años 90, inspiradas directamente por el motocross. Ya en esa época probaron suerte, incluso en un momento en la que las bicicletas montaban frenos de llanta. Poco después, Marzocchi presentó su Shiver, en versiones de corona simple y doble, que se convirtió en una referencia entre los amantes del DH por su tacto suave, aunque siempre con el hándicap del peso.
A lo largo de las dos décadas siguientes surgieron propuestas tan variadas como la exótica Marzocchi RAC con carbono, o la longeva Manitou Dorado (una de las más exitosas en las historia de este tipo de horquillas), que desde 2003 sigue en el mercado tras múltiples revisiones. Otras, como la DVO Emerald, intentaron resolver la flexión torsional añadiendo arcos de refuerzo de carbono.
Manitou Dorado
En XC la RockShox RS-1 llegó a ser muy popular, pero sus desventajas la mataron
En el cross country, el caso más sonado fue el de la RockShox RS-1 (2015-2018), un ambicioso desarrollo con tubo de dirección y coronas en carbono, pero que no convenció por su peso extra, su menor rigidez frente a alternativas convencionales y la obligación de usar un buje específico. Su alto precio acabó de rematar la jugada, aunque llegó a tener un gran nivel de popularidad, con muchos montajes de serie que la incluían y su uso habitual en la Copa del Mundo.
RockShox RS-1
La Lefty es el caso de éxito más claro en la historia del MTB, eso sí, con muchas soluciones propias para solventar los problemas más comunes de las horquillas invertidas
Y en un capítulo aparte está la Cannondale Lefty, probablemente la horquilla invertida más exitosa en la historia del MTB. Su diseño monobrazo, uso de rodamientos de agujas y un buje propietario le han permitido ser ligera, muy rígida y extremadamente suave, con presencia tanto en XC como en gravel. Es un caso de éxito en el que se explica muy bien como Cannondale ha sabido solventar todos los problemas habituales de este tipo de horquillas (quizás no el precio…) para conseguir un producto único, funcional y con ventajas consolidadas frente a una horquilla convencional.
Lefty
Ventajas técnicas del diseño invertido
Las ventajas en algunos aspectos son claras
Más allá de su estética, el concepto invertido aporta beneficios medibles:
- Menor masa no suspendida: al situar la parte más pesada (tubos anchos y sistema hidráulico) en la parte superior, las botellas (que se mueven con la rueda) son más ligeras, lo que mejora la capacidad de respuesta ante pequeños impactos. También es cierto que esta ventaja podría entrar dentro del grupo de las ventajas marginales y, en la práctica, uno es uno de sus mayores puntos fuertes aunque las marcas siempre lo incluyan entre sus ventajas más destacadas.
- Lubricación constante: la gravedad mantiene el aceite sobre los retenes y casquillos, reduciendo la fricción y ayudando a mantener un tacto suave con el paso de las horas.
- Mayor rigidez frontal: la zona de mayor flexión en una horquilla es el conjunto corona-tubo superior. En las invertidas, los tubos más anchos en esta zona aumentan la resistencia a las fuerzas de frenada y compresión.
- Alineación perfecta de las barras: al montar la rueda, el ajuste de los dos lados queda totalmente libre de tensiones si el eje se instala correctamente, evitando fricciones internas por tolerancias acumuladas.
Fox Podium
Sus problemas históricos
Rigidez, peso y precio son los puntos críticos de este diseño
Si las ventajas son claras, ¿por qué no dominan el mercado? Las razones son varias y han acompañado a casi todos los intentos de crear una horquilla invertida:
- Menor rigidez torsional: la ausencia de un arco que una las botellas cerca del neumático hace que soporten peor las fuerzas de giro opuestas entre rueda y manillar, algo que en conducción agresiva puede notarse como “flaneo”.
- Peso extra: reforzar la estructura para ganar rigidez suele añadir gramos, y en MTB cada aumento de peso en la parte delantera se siente con más intensidad que en una moto. Eso también explica el enfoque «gravity» de la mayoría de modelos actuales, modalidades donde el peso no es crucial.
- Mayor complejidad y coste: más piezas mecanizadas, bujes propietarios en algunos casos y fabricación menos estandarizada.
- Protección de barras: al quedar más expuestas a piedras y suciedad, requieren protectores específicos.
- Montaje de accesorios: el guiado del latiguillo de freno y la colocación de guardabarros requieren soluciones especiales, a veces menos limpias estéticamente.
RockShox RS1 y sus barras móviles
Un resurgir impulsado por el enduro y el DH
La Fox Podium las ha vuelto a poner en primera línea de actualidad
Hoy en día, las horquillas invertidas siguen siendo minoritarias, pero hay señales de cambio. La nueva Fox Podium supone el primer lanzamiento serio de una gran marca en años, con un enfoque claro hacia el DH y el enduro agresivo, y que cubre de pleno el segmento de las e-bikes agresivas (donde puede tener su campo de ventas más grande). Con un eje de 20 mm, protectores de carbono de serie y un peso competitivo para su segmento, pretende resolver el talón de Aquiles histórico: la rigidez torsional.
Junto a ella, fabricantes «boutique» como Intend, Push Industries, EXT, Bright Racing Shocks o Wren ofrecen modelos de gama alta, muchos con tecnologías propias como casquillos deslizantes o ajustes de geometría por tallas. Incluso en gravel, Cane Creek se ha atrevido con una horquilla invertida ligera para quienes buscan algo distinto en este segmento.
Mondraker Crafy Carbon
¿Futuro masivo o nicho eterno?
Las e-bikes y modalidades gravity les pueden dar una nueva época dorada
El tiempo dirá si el empuje de Fox y el interés renovado de las marcas especializadas consiguen que las horquillas invertidas ganen cuota. Sus puntos fuertes (sensibilidad, rigidez frontal y lubricación) son argumentos sólidos, pero los inconvenientes de peso, coste y percepción de rigidez torsional siguen pesando.
En disciplinas como el DH, donde la estética y la absorción de impactos priman sobre el peso, tienen más posibilidades de asentarse. En XC y trail, su adopción dependerá de que se igualen en ligereza y precio a las alternativas convencionales.
Lo que está claro es que, con la Fox Podium y el catálogo creciente de marcas artesanales, las horquillas invertidas están de nuevo en el radar. Y quizá, esta vez, para quedarse.