La falta de ajuste sigue siendo el gran talón de Aquiles de los manillares integrados
Los manillares integrados se han convertido en un símbolo de diseño, ligereza y rendimiento en las bicicletas de alto rendimiento, tanto en MTB como en carretera o gravel. Sin embargo, su principal desventaja sigue siendo la misma desde su aparición: la falta de ajuste. Cuando eliges un manillar integrado, renuncias a la posibilidad de adaptar la posición de conducción a tu gusto con la precisión que permiten los conjuntos tradicionales de manillar y potencia separados.
Con un sistema convencional puedes cambiar la longitud y el ángulo de la potencia, variar la inclinación del manillar o incluso optar por diferentes anchuras sin complicaciones. En un manillar integrado, esas opciones desaparecen. Si no das con la medida perfecta desde el principio, toca acostumbrarse… o cambiar el conjunto completo.
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Los primeros pasos hacia manillares integrados ajustables
El OPEN B.A.R. permite ajustar la longitud de la potencia en tramos de 5 mm hasta un total de 15 mm
En los últimos años, algunas marcas han empezado a buscar soluciones que aporten flexibilidad sin renunciar a la estética y rendimiento de los manillares integrados. Giant, por ejemplo, utiliza un diseño que permite modificar tanto la longitud de la potencia como el ángulo del manillar. Canyon también ha apostado por la versatilidad, con un manillar de carretera que ofrece ajuste de anchura, ideal para quienes buscan una posición más aerodinámica o más estable sin cambiar todo el conjunto.
Ahora es la marca OPEN la que da un paso más con su recién presentado OPEN B.A.R., un manillar integrado pensado para gravel que introduce un sistema de ajuste de potencia completamente nuevo.









