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Amor y éxito en la élite, la historia de Anne Terpstra y el Ghost Factory Racing

Anne Terpstra dio un salto gigante en su carrera deportiva al ganar la prueba de la Copa del Mundo en Andorra el año pasado. Un resultado que muestra su progresión y que ha servido para quitarse un peso de encima y dedicarse, simplemente, a disfrutar de montar en bicicleta. La corredora de Ghost tiene una historia curiosa tras ella y actualmente es la pareja del team manager del equipo, Tom Wickles

Anne Terpstra y su pareja, el team manager del equipo Ghost Factory Racing

Todo comenzó cuando su hermano empezó a montar en bicicleta. Entre ambos surgió una unión enorme gracias al deporte

La carrera deportiva de Anne Tersptra no ha sido un camino de rosas. Pasó por altos y bajos, pero cuando todas las piezas se unieron llegó hasta la cima. En poco tiempo llegó a su primer mundo podio en la Copa del Mundo, ganó su primera Copa del Mundo y se convirtió en el líder del ranking mundial.

«Todo empezó con Rien, no le gustaba caminar» explica Wiebe Terpstra sobre cómo Rien, el hermano de Anne, comenzó con el ciclismo de montaña. Anne, nacida en Zierikzee en 1991, pronto se unió a Rien, «celosa» por el nuevo hobby de su hermano. Dos semanas después, hizo su primera carrera.

La nueva base de la familia Terpstra en la localidad de Apeldoorn, una zona densamente boscosa de los Países Bajos, también jugaría un papel fundamental en la vida de sus hijos. Paula Terpstra, madre de Anne, explica: «Cuando nuestros dos hijos comenzaron a competir en bicicleta, se convirtió en un forma de vida«. Al comenzar las carreras, una familia que ya estaba unida se unió aún más. Anne y Rien compartieron una gran parte de sus vidas juntos, compartiendo su pasión por montar en bici. Rien comenta que «montamos en bicicleta juntos, corrimos juntos. Básicamente, hacíamos todo juntos.»

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Anne Terpstra

El fichaje por el equipo Ghost cambió su vida. A nivel deportivo y personal, puesto que su actual pareja es el team manager del equipo

Sus vidas tomaron un camino diferente cuando Rien dejó de competir a los 21 años. Rien se unió al ejército, mientras que Anne siguió corriendo. En su primera Copa del Mundo, Anne cruzó la línea de meta 45 minutos después de la ganadora. Pero nos desplazamos hacia 2019. Antes, había sido contratada por el equipo Ghost Factory Racing en 2016, cuatro años después de convertirse en una deportista profesional. Para Anne, nunca había sido un movimiento planeado. «No empecé con la idea de que esto es lo que iba a hacer el resto de mi vida, o quiero ser una profesional. Sólo me gustaba andar en bicicleta. Solía montar con mi hermano siempre que podía. Cuando me uní a Ghost creo que se volvieron locos al principio,  yo siempre estaba hablando de mi hermano constantemente. Y solía llamarlo, hablábamos de cómo hacer ese salto o curva, o le decía: «Tienes que ir en bicicleta aquí algún día.» Cuando está en una carrera estoy súper feliz de que esté allí. Y sé que siempre está muy orgulloso de mi y eso es lo más bonito«.

Anne Terpstra

La victoria en la Copa del Mundo de Andorra en 2019 supuso quitarse de encima un peso y abrir su mente

Para Anne, el fichaje por el Ghost Factory Racing fue una de las muchas piezas del rompecabezas que se unieron. Una nueva familia para ella, aún más especial después de que Tom Wickles, team manager del equipo, y Anne se enamoraran. Con Tom, ella continúa compartiendo la alegría de montar juntos, como lo hizo con su hermano. Esa alegría de montar en bicicleta es lo que la llevó a donde está hoy. Su elección de dejar sus estudios después de obtener su licenciatura en medicina y convertirse en profesional en 2013 no había sido impulsada por el deseo de ganar. Era la pasión por montar en bicicleta de montaña. Una pasión que es aún mejor cuando se comparte con los seres queridos.

Ese año en Albstadt, Anne corrió a su primer podio en la Copa del Mundo con un 5o lugar. En Andorra mostraría al mundo lo fuerte que se había vuelto. Alejándose de Jolanda Neff, cabalgó hacia una victoria sin oposición. Después de que Anne ganara, mucha gente se sorprendió de que lo hubiera logrado. Para Anne otra pieza del rompecabezas había sido su mentalidad. «Tenía que ganar allí. Para aprender y dar el siguiente paso. Es sólo una forma de pensar, pero es súper importante. Puedo ser feliz con otro resultado además de ganar. Si lo hice todo bien, lo que salga está bien. Esa victoria cambió mi perspectiva. Es como si hubiera dejado una gran mochila. Lo que queda es montar mi bicicleta, divertirme y disfrutar. Y eso es todo… entonces es cuando soy feliz«.

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