Pidcock acaricia su primer podio en una gran vuelta y da un paso adelante en su carrera en carretera

Un resultado que demuestra que puede rendir en 3 semanas

Tom Pidcock está a punto de cerrar con éxito una de las mayores metas de su carrera como ciclista de carretera: subir al podio en una gran vuelta. El británico del Q36.5 Pro Cycling Team mantiene la tercera posición en la clasificación general de la Vuelta a España tras superar la durísima ascensión a la Bola del Mundo, en la penúltima etapa de la carrera y todo indica que conseguirá su primer podio en una grande.

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Un salto en su trayectoria

También es un hito para el Q36.5

Hasta ahora, Pidcock había destacado principalmente en clásicas y carreras de un día, donde ha brillado con triunfos de prestigio. Sin embargo, nunca había logrado una buena general en una prueba de tres semanas. Su inminente tercer puesto en la Vuelta supone un salto en su carrera y un hito también para el Q36.5, un equipo de categoría ProTeam que está a un paso de conseguir algo poco común: un podio en una gran vuelta.

La batalla en la Bola del Mundo

La etapa 20, de 165,6 kilómetros entre Robledo de Chavela y el Puerto de Navacerrada, acumulaba más de 4.000 metros de desnivel y se resolvió en la icónica Bola del Mundo, a 2.251 metros de altitud. Allí se decidió el podio final.
Pidcock arrancaba la jornada con 39 segundos sobre Jai Hindley y, pese a los ataques, resistió con entereza. Terminó cuarto en la etapa, solo cinco segundos por detrás del australiano, conservando así 30 segundos de ventaja en la general y dejando prácticamente sentenciada la tercera plaza.

Orgullo y alivio en meta

«Hoy lo afronté como si fuera una clásica»

Al término de la etapa, Pidcock se mostró exhausto pero consciente de la magnitud de lo conseguido. El británico expresó: “Esta mañana estaba muy motivado, preparado para la etapa. Habíamos tenido dos días relativamente fáciles, así que hoy lo afronté como si fuera una clásica, y eso es lo que se me da bien. Es muy difícil encontrar un ritmo en estas rampas y con este asfalto tan irregular. Aun así, me sentí en control en la parte más dura, no quería pasarme y reventar. La verdad es que no sé ni qué decir ahora. Estoy bastante orgulloso de mí mismo y muy agotado. Ni siquiera encuentro las palabras. Supongo que por fin puedo relajarme. Hasta hoy he estado súper concentrado en la carrera. Ahora solo quiero intentar entrar en calor, beber mi zumo de cereza y relajarme.”

La Vuelta se cerrará este domingo con una etapa llana de 111,6 kilómetros entre Alarpardo y Madrid, tradicionalmente reservada a los velocistas. Salvo imprevistos, Pidcock confirmará en la capital española el mayor éxito de su carrera en una gran vuelta.