Las horquillas de MTB requieren un cuidado constante para conseguir que funcionen de forma suave y fina durante todas nuestras salidas.
Especialmente en los modelos de XC, donde el peso es vital, la cantidad de aceite que emplean es mínimo y esto hace aún más crítico el cuidado de las mismas para conseguir que rindan al máximo.
Hay tres trucos sencillos que podemos hacer en el día a día para mejorar su finura y prolongar su vital útil.
Cuidar a tu horquilla tiene un buen retorno en los senderos
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Una forma muy simple de mejorar su funcionamiento es colocar la suspensión al revés (es decir boca abajo) durante unos 10 minutos. Por norma general, las horquillas de XC tienen un cantidad de aceite muy pequeña. Por la gravedad, el aceite se queda en la parte baja de la misma y es difícil que vaya lubricando toda la barra mientras funciona. Dándole la vuelta a la horquilla el aceite se mueve y se irá hacia los retenes que están en contacto con las barras, mojándolos y ayudando a que la lubricación sea mejor. Con ello hay menos fricción y la horquilla tiene un tacto más suave y menos seco.
El otro sencillo consejo es huir de los lavados a presión. Pocas cosas dañarán más tu horquilla que un lavado con agua a presión directo hacia las barras. Lavar la bicicleta, o como mínimo sus partes móviles, con agua a muy baja presión y una esponja es un esfuerzo que tiene su recompensa a largo plazo. La horquilla te durará más tiempo con un funcionamiento correcto.
Usar sparys de silicona en las barras es otra sencilla medida que ayuda a que la suciedad (polvo y barro principalmente) no penetre de forma fácil en el interior de la horquilla. Especialmente efectivo en los días más polvorientos o con mucho barro.
También hay productos específicos para las barras de las horquillas que reducen la fricción y hacen que su funcionamiento sea muy más suave. Hace un tiempo probamos el spray de Juicy Lubes con muy buenos resultados.
