Las suspensiones dentro del campo del mountain bike son cada día más complejas y cada marca busca sacar el máximo rendimiento de los sistemas que desarrollan. En el puzzle que deben montar las marcas para conseguir la mejor suspensión posible, el elemento amortiguador es una pieza clave. Es por ello que cada vez son más las firmas de suspensiones que trabajan codo con codo con los fabricantes de bicicletas para aplicar configuraciones personalizadas a sus amortiguadores de forma que éstos puedan trabajar de la forma más adecuada de acuerdo al tipo de sistema de suspensión y a sus características específicas.
RockShox realiza, de forma habitual, campus con las marcas a las que provee de cara a personalizar sus suspensiones a las necesidades de una bicicleta en concreto. Tal y como comenta Greg Herbold, mito del mountain bike y uno de los agentes de la marca, lograr una suspensión a medida no es fácil. «Son muchos los elementos que entran en juego, no sólo el adaptar el amortiguador a un sistema de suspensión en concreto, sino el pensar que esa bicicleta se va a vender en todo el mundo y que se va a usar en terrenos de todo tipo a lo largo del planeta. No podemos pensar sólo en el funcionamiento de una enduro en los saltos más grandes o en el terreno más accidentado, porque es probable que el usuario europeo o el que vive en los Alpes la tenga que emplear en largas subidas por pista, con lo que también hay que pensar configuraciones de suspensión que sean lo más amplias posibles y que permitan cubrir el mayor abanico de posibilidades» explica Greg.
En el siguiente vídeo podéis ver como la marca trabaja mano a mano con Rocky Mountain en la puesta a punto de las suspensiones de sus modelos.
