Los cambios normativos hicieron que la Volta a Menorca en BTT estuviese al límite de la desaparición, pero el trabajo de organización y administraciones, así como el apoyo de Foment de Turismo de Menorca han hecho que sobreviva
Cabe recordar que, además de ser un evento deportivo, la Volta a Menorca en BTT, junto con otros eventos similares, constituyen una herramienta básica para la conservación, en buen estado, de caminos y sendas rurales con muy bajo tránsito que, sin citas como está, se verían abocados al abandono y su desaparición. De hecho, en USA, donde el uso de senderos y caminos para eventos deportivos ha sido evaluado con estudios científicos, siempre se ha concluido que la circulación de mountain bike es beneficiosa para su conservación, incluso destacando que producen una menor erosión sobre el terreno que el paso del mismo número de personas a pie.
Los cambios normativos dejaron atrás la celebración de una etapa nocturna, pero la Volta a Menorca en BTT siguió adaptándose a las nuevas condiciones y, a día de hoy, cuenta con 3 trabajadas etapas manteniendo el espíritu recreativo que siempre la ha caracterizado. El trabajo codo con codo con la administración ha permitido llegar a un punto de equilibrio en participantes de la prueba que, además, al no ser competitiva se ha convertido en un escaparate perfecto para conocer el terreno de Menorca de forma lúdica, siendo un gran instrumento de promoción de la isla a nivel deportivo, como lo atestigua el apoyo de Foment de Turismo de Menorca a esta prueba.
La organización pone todos sus medios para la conservación del entorno, pero somos los bikers la pieza clave que debe demostrar que el BTT es compatible con el entorno protegido
En este sentido también hay puntos diferenciales en los que la organización de la Volta a Menorca muestra su buen hacer respecto al respeto al medio ambiente. Uno de ellos es el marcaje de la prueba, en el que no se utiliza ningún elemento que deje rastro en el terreno, como pueden ser pinturas. Los elementos de señalización empleados se han instalado usando materiales que no dañen elementos naturales. Nada de clavos o grapas. Además, se ha buscado instalar la señalización con el menor tiempo posible, incluso en ocasiones solo horas antes que pase la prueba. Todo ello sin olvidar retirar las señales al paso del último corredor.
La labor de la Volta a Menorca en BTT con la conservación del entorno no acaba aquí. Mientras rueda el último participante se realiza una revisión para recoger cualquier desperdicio que se encuentre de los participantes, y los días posteriores se repasan de nuevo los trazados para asegurarse que todo está limpio.
Pero sin duda, quienes juegan un papel vital son los participantes. Los bikers debemos dar ejemplo y ser los primeros en cuidar del entorno. No existe excusa posible para arrojar ningún desperdicio a la naturaleza mientras practicamos BTT. Entre todos, organización y participantes, debemos convertir nuestro deporte en un ejemplo de respeto por el medio ambiente y en una muestra que bicicletas y montaña son totalmente compatibles.