«Fue un recorrido realmente duro, me sentí fatal en las dos primeras vueltas y luego me seguí sintiendo mal el resto de la carrera»
Cualquier cosa que no hubiese sido una victoria de Tom Pidcock habría sido una sorpresa mayúscula. Pero además de ganar, Pidcock ha arrasado. 1:52 de ventaja en meta respecto a Christopher Blevins, el biker de USA que ya dio muestras de su buen estado de forma en el Team Relay y que, además, ha sabido sacar mucho partido a su elevado nivel técnico sobre el barro austriaco. Ha sido una carrera muy corta, de menos de 1 horas y 10 minutos para el ganador.
Aunque la categoría sub-23 de un mundial suele ser propicia a sorpresas, esta vez no ha habido ninguna destacada. Que Blevins, una biker que lleva años con el aura de futuro crack, lograse la plata entraba dentro de lo previsible. Que el suizo Joel Roth se llevase el bronce también era factible.
Para Pidcock, de 21 años, supone su 4º triunfo internacional en MTB en dos semanas. En este tiempo ha logrado ganar las dos Copa del Mundo de XCO sub-23 de Nove Mesto, el Campeonato del Mundo de e-MTB y ahora el Campeonato del Mundo sub-23. «Es genial acabar en lo más alto, y finalizar la temporada así. Es más un alivio que cualquier otra cosa. La gente decía que podría haber corrido en la carrera de élite este fin de semana, pero quería terminar mi etapa como sub-23 en lo más alto y no necesito mirar atrás ahora, solo puedo ascender a la élite. Fue un recorrido realmente duro, me sentí fatal en las dos primeras vueltas y luego me seguí sintiendo mal el resto de la carrera, creo que un mundial así es solo una carrera en la que nunca te sentirás bien. Las bajadas eran realmente técnicas, muy resbaladizas, por lo que era cuestión de mantener la bici y el tiempo se hacía en las subidas.»