Yeti sigue mostrándonos lugares de excepción a los que acudir en MTB. En otras entregas de sus aventuras por el mundo sobre dos ruedas se han centrado en lugares populares para el mountain bike, pero en esta ocasión nos acercan un destino totalmente desconocido y poco frecuentado por los practicantes de nuestro deporte: Islandia.
En un viaje a través de Reykjavik, Thórsmörk y Landmanalaugar descubrimos buena parte de los tesoros escondidos que la zona depara para los bikers más aventureros.
Los integrantes de la expedición de Yeti no tardaron en darse cuenta que en esta época del año el sol nunca se pone del todo, con las ventajas y desventajas que ello tiene a la hora de montar en bici.
Si bien la zona próxima a Reykjavik contaba con una buena red de senderos y una paisaje solitario pero cercano a la civilización, sus siguientes destinos serían bastante más salvajes.
Entre fiordos, paisajes lugares y zonas volcánicaslos miembros del equipo Yeti rodaron empleando, básicamente, senderos creados para el trekking. Las infraestructuras para rodar en MTB son muy escasas. Esos les hizo ser todo unos conquistadores de nuestro deporte tras montar por lugares donde nadie antes lo había hecho en MTB.
El terreno siempre se mostró exigente, repleto de piedras, curvas cerradas y subidas y bajadas constantes en un auténtico desafío para cualquier biker.
El turismo, incluido el deportivo, se va abriendo camino cada año con más fuerza en el país, pero es muy fácil salirse de las rutas habituales y hay todo un universo de posibilidades para poder rodar con soltura por zonas solitarias e impactantes, tal y como demuestran en las imágenes.
La Yeti SB4.5C es el modelo ideal para rodar por estas zonas tan abruptas. No hay ni un metro fácil en los exigentes senderos de Islandia.
Cómo no, el tiempo también es un factor a tener en cuenta. Si quieres sobrevivir en la zona prepárate para el frío, las nubes y la lluvia. Serán tus compañeros de viaje.