La prueba fue un mano a mano entre Koretzky y Vader
En la prueba masculina había tres favoritos claros: El dúo del KMC Orbea, Victor Koretzky y Milan Vader y el joven corredor Jofre Cullell (Megamo Factory Team). Aunque Cristofer Bosque (Biking Point) y Alejandro Gomez (Olympia Factory Racing Team) también aspiraban a desbancar a las tres estrellas presentes.
El circuito de 5 Km con subidas cortas, duras y explosivas, tramos para rodar y bajadas con su punto técnico sería el juez de la carrera. Un terreno excepcional para este deporte.
En la salida ya se vio que todos los ciclistas se lo dejarían todo en la carrera. Inicio explosivo y trepidante que generaba que los dos ciclistas del KMC-Orbea se escaparan sin ningún contrincante que les pudiera seguir. Ambos corredores se alternaban el liderato e iban manteniendo la distancia con Jofre Cullell, que de menos a más, se fue alejando de los demás perseguidores.
La carrera se decidió en la última vuelta, cuando Koretzky y Vader se atacaron de forma constante, hasta que el campeón francés pudo coger el margen suficiente para llegar a meta de forma solitaria, con tan sólo 13 segundos de ventaja. El campeón holandés llegó en segundo lugar, satisfecho con su puesta en escena. Cullell, sin opciones de victoria, llegó en tercera posición.
El ciclista francés estaba muy contento por competir tras no hacerlo desde marzo y, asimismo, reconoció que La Vall de Boí es un escenario ideal para poder probarse de nuevo, gracias a sus zonas técnicas.