Gary Fisher cumplió ayer 68 años. Es uno de los personajes históricos del mountain bike. Una personalidad única, no por su look y estética atrevida, sino por haber sido un visionario capaz de anticipar muchas de las tecnologías que han acabado imponiéndose en nuestro deporte con el paso del tiempo. Un adelantado a su tiempo que formó parte vital del nacimiento y desarrollo del mountain bike como deporte en sus primeros tiempos. De hecho, está considerado uno de los inventores del mountain bike.
Todo empezó en 1974 cuando Gary Fisher creó la Schwinn Excelsior X, la que muchos consideran la primera mountain bike de la historia. Lo hizo a partir de un cuadro de una Schwinn a la que añadió cambios con 15 velocidades y manetas de freno de moto. Con ella compitió en la hoy emblemática Repack, donde llegó a tener el récord de la prueba. En 1979 fundó, junto a Charlie Kelly, la compañía «MountainBikes» que realizaba bicicletas en las que un tal Tom Ritchey construía los cuadros. Llegaron a fabricar y vender 160 modelos. Gary Fisher acabaría creando su propia compañía de mountain bikes, que fue comprada por Trek hace años, pero de él destacan todas las ideas que tuvo por el camino, demasiado avanzadas a su tiempo, y que acabaron mostrándose como exitosas.