Competir sobre nieve o hielo es un requisito básico para ser deporte olímpico de invierno
Hace ya muchos años que se habla de la posibilidad de convertir el ciclocross en un deporte olímpico de invierno. Es obvio que se disputa principalmente en invierno, pero hasta ahora el hecho de no ser un deporte ligado a la nieve ha supuesto un freno importante a sus intentos de entrar en el programa olímpico. Por ello, este año, se disputará una prueba de la Copa del Mundo de ciclocross en una estación de ski. Concretamente en Val di Sole, sede de muchas pruebas de Copa del Mundo de MTB y Mundiales.
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Si el ciclocross lograse ser olímpico tendría la internacionalización que tanto busca desde hace años
El ciclocross ha ganado mucho en popularidad en los últimos años. La participación de ciclistas de nombre mundial y la mayor facilidad para acceder a sus buenas y cuidadas retransmisiones en directo han sido los motivos de ese aumento de repercusión. Hace años que la UCI pelea en busca de la internacionalización de esta disciplina, algo que ha hecho que la Copa del Mundo de ciclocross cuente con pruebas en USA. El otro frente abierto es el intento de convertirlo en una modalidad olímpica. De lograrlo, eso sí supondría una nueva dimensión para el ciclocross, que pasaría a repartir medallas olímpicas, becas y todos esos privilegios que supone formar parte del programa olímpico.
Para intentar convencer al Comité Olímpico Internacional de que el ciclocross puede ser un deporte de invierno han buscado un nuevo medio para este tipo de carreras. La nieve. por ello, el próximo 13 de Diciembre se celebrará una prueba de la Copa del Mundo en la estación de ski de fondo de Vermiglio, al pie del Passo del Tonale y dentro de Val di Sole. Será una carrera alejada de la sede habitual de esta disciplina, en Bélgica y Países Bajos.