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El calvario de Pidcock en Ruanda: “Fue la carrera más desagradable del año”

Tom Pidcock sufrió un auténtico calvario en el durísimo Mundial de Kigali, marcado por el calor, la altitud y el dominio incontestable de Tadej Pogacar. El británico acabó décimo tras explotar en la fase final.

Solo 30 ciclistas consiguieron acabar

El Mundial de ruta de Kigali 2025 quedará grabado como una de las ediciones más duras de la historia reciente del ciclismo. Bajo un calor asfixiante, una humedad que rozaba lo insoportable y un recorrido con más de 6.000 metros de desnivel acumulado en los 267 km a recorrer, la carrera pronto se convirtió en un ejercicio de resistencia extrema en el que solo los más fuertes sobrevivieron. Como muestra, solo 30 ciclistas consiguieron acabar la competición.

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Una carrera durísima que Pogacar dinamitó a más de 100 km de meta

En ese escenario, Tadej Pogacar volvió a dar una exhibición para revalidar su título de campeón del mundo. El esloveno impuso un ritmo demencial a más de 100 km del final, desatando la selección entre los favoritos mucho antes de lo esperado. Nadie fue capaz de seguirle en su ofensiva en solitario, que acabó por destrozar cualquier esperanza de rivalidad directa.

Tom Pidcock fue uno de los que intentó mantenerse en la pelea por las medallas, junto a nombres como Remco Evenepoel, Mattias Skjelmose o Ben Healy. Durante varios kilómetros, el británico parecía destinado a luchar por el podio, pero el esfuerzo, la altitud de Kigali y las condiciones sofocantes le pasaron factura. A falta de una vuelta, el campeón olímpico de MTB explotó por completo y terminó cediendo más de nueve minutos en meta, en la décima posición.

Tom Pidcock

«Fue la carrera más desagradable del año. Sufrí muchísimo.»

Tras la carrera, el propio Pidcock no dudó en calificar la experiencia como un auténtico calvario. “Fue la carrera más desagradable del año. Sufrí muchísimo. No me encontré bien desde el inicio, aunque después conseguí volver a meterme en la carrera”, reconoció ante los micrófonos en la línea de meta.

El británico fue todavía más gráfico al describir su hundimiento en los últimos kilómetros: “Al final no pude hacer nada más, me reventé por completo. Fue realmente horrible. Cuando aún quedábamos cinco en el grupo pensé que todo era posible, pero de golpe mis piernas desaparecieron. Fue muy duro a esa altitud. No se puede tener todo”.

La dureza del circuito ruandés, con rampas cortas pero explosivas, el ritmo infernal marcado por Pogacar y la exigencia del clima africano dejaron fuera de combate a muchos de los grandes nombres. Pidcock, que partía con la ambición de subir al podio, terminó la jornada con un top 10 y la amarga sensación de haber vivido una de las jornadas más duras de toda su carrera.

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