Sin MVDP y sin Van Aert, pero ante el resto de especialistas de la modalidad
La Copa del Mundo de Rucphen, en Países Bajos, se presentaba como el día en el que Mathieu van der Poel debía debutar. Pero un problema de rodilla dejaba solo a Tom Pidcock como representante de los 3 grandes de la modalidad, puesto que Van Aert se encuentra en España entrenando junto a sus compañeros del equipo de carretera. Así que esta era una oportunidad de oro para que Pidcock ganase su primera prueba de la Copa del Mundo.
Continúa tras los patrocinadores
El circuito de Rucphen era rápido y propenso a vivir carreras ajustadas con grupos numerosos. Y eso, es lo que vivimos en la carrera masculina. Como novedad, Sam Gaze estaba en la lista de salida. La prueba masculina se disputó con un numeroso grupo que contenía a todos los favoritos. La prueba iba a ser un constante desgaste para ellos.
Pidcock intentó romper la carrera en el ecuador de la misma, pero sin éxito. Vanthorenhout e Iserbyt (que tuvo una caída fea en un tramo de escaleras), se turnaron al frente de la prueba en su tramo final, pero Pidcock se mantuvo en una buena posición en todo momento.
Pidcock adelantó a Iserbyt… en los tablones justo antes de meta
Iserbyt tensaba al máximo al inicio de la última vuelta, con Vanthorenhout a su rueda. Pidcock perdía unos metros, pero las distancias eran aún salvables. Pidcock logró ponerse a la estela de Iserbyt para superar… en el salto de los tablones. Un adelantamiento impresionante que le dio ventaja suficiente para ganar la carrera.
Emoción en féminas hasta el final
La prueba femenina fue muy emocionante, con Vos ganando al sprint a Brand
La prueba femenina fue emocionante como pocas. Un gran grupo luchó hasta la última vuelta en la que Lucinda Brand, la corredora que más empeño puso en irse en solitario, buscó irse en solitario. A su rueda se llevaba a una Marianne Vos que estaba vez no estaba dispuesta perder como sucedió en Val di Sole.
Vos cometía un pequeño error que le podía haber costado la carrera, pero remontaba para llegar al sprint final, donde era claramente la más rápida. Una victoria más que merecida.