Transmaurienne Vanoise, los detalles de una carrera espectacular por los Alpes

Hablar de la Transmaurienne Vanoise es hablar de una de las pruebas por etapas pioneras en la historia del MTB. La región tiene todos los ingredientes para ser un lugar de peregrinaje para todo biker que se precie de serlo. Paisajes alpinos de excepción, una infinidad de senderos por los que rodar y bike parks al alcance de cualquiera, con trazados de todo tipo de dificultades.

Si a eso le sumamos el encanto de los pueblos de la zona, su entrega y facilidades para ciclistas y bikers (saben que son uno de sus mejores colectivos turistas de verano, cuando no hay nieve) tenemos todo lo necesario para pasar unos días en una condiciones óptimas para disfrutar del MTB.

Con todo ello, hace unas temporadas que la Transmaurienne Vanoise dio un salto de calidad importante en su organización. El objetivo era claro, dar notoriedad internacional y visibilidad a una prueba por etapas que es especial.

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Especial porque ninguna otra cuenta con tantos años de historia como ella. ¿Os imagináis hace más de 20 años apostando por una carrera por etapas en el exigente entorno alpino de la zona con las, visto ahora desde la perspectiva del tiempo, vetustas MTB de la época? Pues es lo que hicieron los creadores de la carrera.

Hoy en día el formato de carreras por etapas es uno de los más populares y atractivos para los bikers, especialmente amateurs, que ven en esta fórmula una forma ideal de combinar su pasión con unos días de desconexión.

Sabedores de ello la Transmaurienne Vanoise también ha sabido pensar en el entorno de los bikers. Olvídate de traslados y largos viajes. Las dos sedes de las 5 etapas de la prueba están separadas por pocos minutos en coche, y los alojamientos a medio camino, así que es posible incluso ir y volver en bici de ellos tras cada día dependiendo de la ubicación que escojas.

Formato salvaje, ahora domesticado para lograr el equilibrio ideal

Otra de las cosas por las que la Transmaurienne Vanoise era conocida en el pasado era por sus recorridos. Recordemos que tienen a su disposición un campo de juego casi ilimitado para el MTB. Así que sus diseñadores buscaron siempre trazados muy exigentes, tanto en el aspecto técnico como en el físico. Acumular desnivel positivo era sencillo con ascensiones de más de 1.600 metros que parten desde la misma salida. Escoger senderos de alta dificultad también formó parte de su ADN durante años, dando una fama de complicada a la carrera.

Ahora las cosas han cambiado. No se ha perdido para nada la esencia de carrera complicada. Siguen habiendo largas ascensiones con rampas durísimas pero en el global se han contenido la dureza con etapas más cortas y esfuerzos más comedidos. En cualquier caso, en Francia tiene predilección por las pruebas duras, y la Transmaurienne Vanoise lo sigue siendo.

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