En el equipo no creyeron que pudiese tener una endofibrosis, me dijeron que era algo de mi cabeza
La historia de un regreso exitoso. Mucho ha pasado por la vida de Pauline Ferrand-Prevot desde que en 2015 se proclamó campeona del mundo de todo. De carretera, ciclocross y XCO. Tres años de penurias han tenido que pasar para que todo vuelva a su lugar. Mente y cuerpo. A pesar de la operación por una endofibrosis de la arteria ilíaca a principio de año, los resultados han sido espectaculares. De hecho, tras ese paso por el quirófano la corredora centró sus esfuerzos en volver a ser competitiva, sin ningún objetivo concreto. Ahora hace balance de un año para enmarcar.
Te rompiste la nariz durante el evento de test de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. ¿Cómo estás?
Tenía que operarme porque tuve un ligero desplazamiento de 1,3 mm, pero el cirujano decidió que no era necesario.
¿Qué pasó?
Tuve una salida horrible. Iba muy atrás, quería remontar y choqué con una corredora que frenó delante de mi. Perdí el impulso y no pude superar un obstáculo, saliendo por encima de la bicicleta. Pero fue mi culpa, eso me servirá de lección.
Este año te has podido recuperar de la endofibrosis de la arteria ilíaca que ha condicionado tus últimas temporadas. ¿Cómo ha sido ese proceso?
Inicialmente mi equipo no me creyó cuando les dije que tal vez tenía una endofibrosis. Primero me dijeron que era algo de mi cabeza. Así que me estuve cuestionando yo misma durante 3 años, pero el dolor iba a más y más. Así que me hice nuevas pruebas el año pasado y se detectó la endofibrosis. Pero para ello fue necesario encontrar un buen especialista.