La Ischgl Ironbike llegaba a su 16ª edición y lo hacía, una vez más, con una participación de lujo. En parte gracias a los suculentos premios en metálico que la organización puso en juego. La carrera, con 79km y 3800 metros de desnivel positivo, servía para que el italiano, exprofesional de carretera, Mirko Celestino se tomase su particular revancha del reciente mundial de bike-maraton.
En la línea de salida se encontraba Alban Lakata, estrenando su recién adquirido maillot arco iris. Junto a él un buen número de especialistas en larga distancia como Platt, David George, Tim Bohme o Mannie Heymans.
Celestino supo sacar ventaja de las duras ascensiones sobre pista que configuran la mayor parte de la carrera, y logró destacarse de forma clara para obtener el triunfo por delante de Platt y Lakata.