La joven corredora belga Femke Van den Driessche, de sólo 19 años, ha anunciado que no se defenderá en la audiencia que hay prevista para hoy en la sede de la UCI, frente a la comisión disciplinaria del máximo organismo internacional del ciclismo. En ella debía defenderse y mostrar su posición respecto a la propuesta de sanción que la UCI realizó hace unos días.
Pero tal audiencia no tendrá lugar. Recordemos que en el pasado Campeonato del Mundo de ciclocross se encontró en la zona de box una de sus bicicletas equipada con un motor eléctrico totalmente camuflado en el cuadro y lista para ser usada en cualquier cambio de bicicleta.
La corredora se defendió argumentando que se trataba de una bicicleta de un amigo, que no era suya y que casualmente estaba en la zona de box lista para usarse. Además se trataba de una bicicleta de su talla y completamente igual a las que emplea en carrera, por lo que su historia no tenía pinta de ser muy sostenible.
Ante el revuelo causado por el primer caso de trampas mecánicas en el deporte profesional, la UCI propuso una sanción ejemplar que incluye la suspensión de por vida y una multa de 50.000€, en un castigo claramente ejempla para evitar nuevas conductas similares. El que ahora la propia corredora anuncie que deja la competición es algo relativamente irrelevante, teniendo en cuenta que se enfrentaba a una sanción de por vida que tiene el mismo efecto.
En declaraciones al Het Nieuwsblad explicaba que «tras consultar con mis abogados y familia, he decidido abandonar mi defensa y no ir a la audiencia de Aigle. También he decidido dejar el ciclocross. Los costes de acudir a la audiencia en Suiza son demasiado para mi. Pensar en una absolución es imposible, la bicicleta estaba en mi zona técnica. Quiero continuar mi vida con paz y serenidad y espero que todo el mundo lo entienda y lo respete«.