Cuando en Rocky Mountain lanzaron la Element al mercado por primera vez, en 1996, no imaginaban que su plataforma de suspensión iba a ser una de las más longevas y empleadas en la historia del mountain bike. Durante todos estos años su esencia ha permanecido prácticamente inalterable, ganando carreras y dando alegrías a sus poseedores durante 14 años. En 2011, Rocky Mountain ya dio a conocer la evolución del modelo con la llegada de variantes de carbono de la mano de la Element RSL y MSL. Desde la marca sabían que tenían que crear una nueva máquina de XC en la que mantener la legendaria calidad de la Element.
La solución era sencilla, sólo hacía falta seguir los pasos de la nueva Element de carbono, pero con una base de aluminio, y lanzando versiones de 26″ y 29″, la primera de ellas con 120mm de recorrido, y la segunda con 95mm.
Estos modelos llegarán al mercado tras una intensa fase de pruebas a cargo de los corredores de su equipo de XC, Geoff Kabush y Marie-Helene Premont, que han ayudado a afinar la geometría de la bicicleta. Una geometría que se caracteriza por un tubo superior más largo y unos ángulos más relajados.
Para el modelo de 29″, se ha creado la geometría que han bautizado como RTC (Race Tuned Compact). La RTC-29 supone unas vainas ultra cortas para lograr la máxima agilidad posible. También un tubo superior más corto que de un feeling un poco más similar a la 26″ en las zonas más lentas. Con la RTC-29 han buscado que en los lugares más técnicos, una 29″ no tenga nada que envidiar a una 26″.
En el descensos, su efectivo sistema de suspensión, el SmoothLink, hace el resto.
En 2012 habrá más Element que nunca con estos nuevos modelos.